“Ya se acerca el día del padre. Él no fallaba en ninguna de las actividades de mi nieto y que mi nieto no tenga a su papi con él para recibir lo que él hizo en la semana, no es justo”, manifiesta Maritza Aponte, madre de Manuel Alejandro Sosa Aponte (33), quien fue asesinado el pasado 25 de mayo en medio de manifestaciones en Cabudare.
El dolor sigue entero, el vacío está presente, señalan sus padres que para ellos se acabaron las navidades. Ya no concilian el sueño y también les falta el apetito. Aunque la compañía y apoyo por parte de familiares, amigos y organizaciones no ha faltado, el dolor sigue intacto.
Alejandro Sosa, pasará este domingo el primer día del padre sin su hijo, quien además era su mejor amigo, pues hablaban de deportes, de la situación del país y de todo. El padre era quien lo llevaba para donde le pidiera y el día que hirieron a su muchacho, indica que salió caminando a buscar a su hija y en medio del camino escuchó detonaciones secas, sabía que se trataban de balas. Al cabo de unos minutos recibió una llamada que le indicaban que a Manu lo habían herido. Corrió hasta llegar a la urbanización, pero ya a su hijo lo habían auxiliado.
Supieron que Manu iba con vida, hasta en Santa Rosa sacó la cabeza y dijo que iba herido, por lo que los manifestantes abrieron paso, cuando llegó a la clínica le pidió a la doctora lo mismo que a sus vecinos, que no lo dejaran morir porque tenía un hijo de 5 años. Niño que desde que supo de la muerte de su padre, no ha podido volver a la casa de sus abuelos porque siente el dolor de no ver a su papito.
Maritza toma EL IMPULSO en sus manos y ve la noticia de que la persona que le segó la vida a su hijo ya tiene nombre, se trata del Primer Teniente de la GNB Johnnuar José Pastor Arenas Castillo (30), pero ella desea verlo a la cara y a la misma vez pide que este funcionario de la Guardia Nacional, sea detenido y reciba el mismo trato de un delincuente común, pide justicia para que no pase lo mismo que está pasando con el caso de Tony Canelón, donde se libraron las 14 órdenes de captura en contra de los castrenses y los mismos siguen sin comparecer ante los tribunales.
Al mismo tiempo la familia de Sosa reprocha por qué los cuerpos de seguridad no fueron tan diligentes con la muerte de su hijo como en el caso de Danny Subero, funcionario que fue linchado en Valle Hondo. Indican que tan solo horas de haberse cometido el crimen ya había allanamientos, acudían más de 20 camionetas del Cicpc al lugar y conseguían nombres de los supuestos implicados, mientras con el otro caso se tardaron 22 días para que apareciera un nombre.
Querían un cambio
“Hablo por mi hijo y por Tony, porque eran amigos, eran persona que luchaban por el país con verdadera convicción, no era por juego que estaban allí. Mi hijo decía no le podemos dejar a nuestros hijos, el país así. Él quería que su hijo caminara las calles como él las caminó en un tiempo atrás”, así relataba el señor Alejandro, quien por primera vez habla ante un medio de comunicación sobre la muerte de su hijo.
“No pienso que mi hijo perdió la batalla. De aquí vamos para un futuro mejor.
Esa cantidad de jóvenes que han muerto no pueden quedar así en el olvido, yo no hablo por mi hijo nada más; hablo por todos los jóvenes que han caído.
Aún hay personas de la oposición que ven mal que los muchachos protesten, dicen que con eso no se va a llegar a nada, pero sin embargo eso ha sido un punto, por los cuales se ha avanzado. Se ha hecho lo que se ha podido, claro ha costado muchas vidas, ya van más de 70 fallecidos”, enfatizó el padre de Manu.
Maritza además indica que su hijo era una persona que quería un cambio en el país, cuando hablaba no lo hacía por su situación, la de su hijo o la de su familia, lo hacía por todos. Era un líder nato y siempre procuraba acercarse a los Guardias para hablarles a ellos y hacerles saber sobre su lucha.
Sobre el video que se divulgó donde Sosa le da la mano a un funcionario de la Guardia Nacional, comenta que fue en el mes de abril y allí mismo Manu le expresó al castrense que si a él le pasaba algo quien iba a llorar su muerte era su hijo y así efectivamente ha sido.
Por otra parte, Alejandro indicaque es falso lo que han dicho las autoridades de las FANB, cuando manifiestan que solo usan para reprimir gases y agua, cuando él mismo ha sido testigo de como suenan las balas en medio de los enfrentamientos y el caso de su hijo es una prueba de ello.
Los padres de Manu como muchos apoyaban la lucha de su hijo, su madre siempre se mantenía en su casa angustiada esperándolo, mientras que su padre sí conversaba más de ello.
Ambos coinciden al decir que los muchachos no son ningunos guarimberos, indican que es un mal término, para Alejandro son la “Resistencia”, porque eso es lo que hacen ellos resistir y para Maritza son unos “guerreros”.
“Después de todo esto supe la grandeza de mi hijo, lo noble que era, tantos cuentos que escuché a todo el mundo que ayudaba”, cuenta la madre e indica que cuando alguien salía herido en medio de las manifestaciones Manu corría para sacarlos y ponerlos en resguardos y precisamente ayudando fue que le dieron el disparo.
En medio de los relatos supo que un día antes de su muerte, Manu reunió a todos en la cuadra y les indicó: que el (jueves) sería un día muy bonito, muy especial, pero a la misma vez advirtió que la GNB vendrían con todo, “pero yo no sabía que era, que ya se iba, que se estaba despidiendo”, indica Maritza.
Para culminar la madre de Manuel manifiestó: “la gente más humilde, son las que todavía creen en el Gobierno, les llegue o no les llegue una bolsa y eso a mi me parece tan injusto, de ahora en adelante voy a seguir trabajando lo que empezó mi hijo, me voy a incorporar a la lucha, yo tengo que demostrarle a él que realmente me armé de valor y voy a seguir adelante”.