“Hemos aprendido a volar/como los pájaros/nadar como los peces/pero no hemos aprendido/el sencillo arte de vivir/como hermanos”
Martin Luther King
Vientos cargados de funestos presagios recorren la tierra venezolana.
Es hora ya de acabar con este caos y destrucción, que nos envuelve.
Basta ya de odios y egoísmos, que nos retrotraen a los tiempos más oscuros de la nación, en que hordas, cual Atilas, desangraron el alma y corazón patrios, rompiendo con ello la argamasa de lo que somos los Venezolanos: Gente fraterna, civilista y de un gran amor por los valores universales del ser humano. Vale decir: la solidaridad y la libertad, que nos son consustanciales.
Llevamos muy adentro el ADN de la Generación Impar, liderizadas por prohombres y heroínas, verbigracia: Sucre, Miranda, Bolívar, Bello, Rodríguez, Teresa, Ana, Luisa, y tantos otros que ofrendaron sus vidas, por legarnos esta Patria Buena y Generosa.
Invoquemos en esta hora nona y aciaga el espíritu de todos sus Hijos y digamos con Andrés Eloy: “Por mi ni un odio/hijo mío/ni un solo rencor por mí./No derramar ni la sangre de un colibrí/ni andar cobrando la cuenta del padre ruin./Y no olvidar que las hijas del que me hiciera sufrir/para ti han de ser sagradas/como las hijas del Cid”.
El Ideal en esta hora es aupar la Vida, en la confraternidad y la hermandad, basadas en una verdadera Espiritualidad; que es el amor entre todos nosotros. Todos somos Uno.