Quienes residen en Guamacire, al suroeste de Palavecino, por pertenecer a la parroquia Juares y al municipio Iribarren, deben trasladarse a Río Claro para sus gestiones ante la junta parroquial correspondiente, pero la mayor parte del tiempo, para llegar a esa población, están obligados a pasar por Cabudare y Barquisimeto, lo que representa un largo recorrido.
Hasta hace algunos años lo hacían por una vía que, luego de cruzar el río Claro, llegan a La Plazuela u otros sectores de El Manzano.
Además, se trata de una carretera, o camino, que podría ser alternativa para los residentes en El Manzano que se dirijan a Barquisimeto cuando la arteria principal esté cerrada por cualquier motivo, igual para los de Cabudare durante cierres en la Intercomunal o Ribereña.
Sin embargo, por falta del necesario mantenimiento por parte de la gobernación o alcaldía de Iribarren, eso no es posible, salvo que los dueños de vehículos se arriesguen a que los mismos sufran algún desperfecto mecánico por el mal estado de esa arteria vial.
Son menos de dos kilómetros cuya recuperación no requerirá de muchos recursos para dejarlos en condiciones aptas y puedan ser utilizados con cualquier tipo de vehículos.
Rosa Aura Pino, dirigente comunal de Guamacire, es una de las luchadoras sociales de la zona que ha venido haciendo gestiones para que eso sea posible, pero hasta ahora no han sido atendidas las exigencias de la comunidad.
Además de la vía que les comunica con El Manzano, también es necesario el acondicionamiento de la que les une con Las Cuibas que, sobre todo por el continuo paso de camiones cargados con arena o piedras del río Claro, está completamente destrozada.
Como ya lo han denunciasdo en reiteradas ocasiones, diariamente salen del río, las mayor parte del tiempo seco, varios camiones volteos cargados con el material ferroso, extraido, aparentemente, violentando normativas legales de ambiente.
Además, entre Las Cuibas y Guamacire, personas inescrupulosas han instalado un basurero particular, dejando allí todo tipo de desperdicios, amparados en la ineficacia de quienes, desde la pñrefectura o la alcaldía, están obligados a impedirlo, y así contribuir con la salud ambiental de todas las numerosas familias residentes en el sector.
No descartan acciones de calle en cualquier momento para llamar la atención de las autoridades, municipales y regionales, que hasta ahora les han dado la espalda no resolviéndoles los problemas que confrontan.