En tantos años que tengo yendo a la procesión de la Divina Pastora, nunca había vivido algo como lo de hoy. Nunca había sentido tanta espiritualidad y paz como la que sentí hoy.
La procesión transcurrió desde la moran hasta la catedral.
Sin un policía ni guardia nacional ni ningún tipo de representación de los cuerpos de seguridad del estado…y NO HICIERON FALTA. No había quien regalará agua, mandarinas, naranjas, patillas, etcétera…. Y NO HICIERON FALTA.
Tampoco había tarimas con música de ningún tipo. Ni folklórica, ni católica, ni gaitas, ni bailes flamencos, ni pequeña Mavare….Y NO HICIERON FALTA
Tampoco hubo vendedores de churros, tequeños, medallas, recuerdos, fotos, etcétera. Y NO HICIERON FALTA.
Tampoco hubo cohetes…Y NO HICIERON FALTA.
No hubo gobernadores, alcaldes, diputados, etcétera….Y NO HICIERON FALTA.
No hubo cuadrillas de limpieza detrás de la procesión….Y NO HICIERON FALTA.
Durante el recorrido sólo se escuchaba mucha gente rezando rosarios y cantando canciones a Dios y a la Virgen. No se escuchaba más nada.
Un recorrido inolvidable.
Y en la catedral no hubo ningún político.
Solo hablaron dos sacerdotes y alabanza al santísimo sacramento en el altar y a la Divina Pastora vestida de blanco. Blanco de ALEGRÍA, de FE, DE PAZ Y DE ESPERANZA.
Doy gracias a Dios por permitirme vivirlo.
Ojala que hoy los organizadores del 14 de Enero tomen nota.
Lo único que se necesita en la procesión es La virgen y la gente orando.