Por cuarta vez la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó a un plantón nacional en rechazo al Gobierno y como parte de las protestas que este miércoles cumplieron 75 días de haber iniciado. En Caracas, la intención de mantenerse de manera pacífica en la Autopista Francisco Fajardo estuvo sometida a la actuación de los efectivos de la Guardia y Policía Nacional Bolivariana.
El llamado suponía tomar cinco puntos del este de la ciudad y las parroquias del municipio Libertador, donde ejerce como alcalde Jorge Rodríguez, sin embargo, los perdigones y las lacrimógenas impidieron que la sociedad civil se concentrara. En efecto, la reunión pública de grupos disidentes al Gobierno de Nicolás Maduro está totalmente prohibida en la capital del país.
Ante esto, la diputada a la Asamblea Nacional (AN), Gaby Arellano, insistió en cumplir con la resistencia aunque el accionar de los cuerpos de seguridad no esté apegado a los derechos humanos. Precisamente allí quedará la evidencia para que la comunidad internacional observe quién ejerce la violencia como método para callar las voces. “Todos los días estaremos en las calles hasta que se acabe la dictadura”, agregó.
A las 12 del día, el parlamentario José Manuel Olivares denunció la detención de tres jóvenes que se encontraban en la Plaza Francia de Altamira a la espera del plantón. Igualmente, aseguró que los funcionarios constantemente vigilaban los alrededores de la Francisco Fajardo para constatar que ningún ciudadano estuviese en la zona o manifestara la intención de trancar esta autopista.
“Cuando no hay actuación de la guardia ni de la policía todo se desarrolla en paz. Hay que continuar resistiendo”, dijo.
Quienes acudieron al Distribuidor Metropolitano también fueron atacados. Incluso, obligaron a dos periodistas a retirarse del lugar y a apagar sus equipos; para materializar el amedrentamiento dispararon perdigones al suelo. Afortunadamente, ambos resultaron ilesos pero les fue vulnerado el ejercicio de su profesión.
Desde las 11 de la mañana hasta las 2:30 de la tarde, dispersaron la concentración en cinco oportunidades, pero ello no significó razón suficiente para abandonar la calle. “No nos permiten estar aquí, nos cambiamos de sitio”, replicó un manifestante.
Minutos después, Olivares ofreció un segundo balance en el que daba cuenta de tres personas robadas por la GNB en los alrededores de la Plaza y un local de frutas saqueado; al menos 28 heridos por perdigones en la zona y 12 asfixiados, mientras que en el Distribuidor Metropolitano había 12 personas heridas por perdigones, entre ellas, su colega Rafael Guzmán.
Es importante aclarar que no solo quienes participan abiertamente en estas protestas resultan afectados, ya que desde el Servicio Autónomo de Registros y Notarías (SAREN) dispararon hacia un edificio en Altamira, y posteriormente, hicieron lo propio hacia un centro comercial, perjudicando a menores de edad y personas mayores.
“Sal tú y tírate al piso. Tú, tírate. No te pregunté si eras médico. Agacharse. Silencio, yo no mandé a hablar aquí a nadie”, dijo un funcionario de la Guardia a varios reporteros y paramédicos en la Avenida Francisco de Miranda, a la altura de Chacao. En el abuso de “poder” reside el honor de este componente de la Fuerza Armada.
