“¡Me dieron, me dieron!”, gritaba un joven mientras chorreaba sangre y cojeaba hacia el interior de una urbanización que era atacaba por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), quienes dispararon metras, bombas lacrimógenas y proyectiles de metal, la mañana de este martes, contra un grupo de personas que cerró la avenida Ribereña en rechazo al Gobierno nacional.
Lucía grave. Una estela de sangre dejada por el muchacho, desde el sitio en el que fue herido hasta el punto en el que lo atendieron, causó desesperación y angustia entre los vecinos; no quieren más muertos.
Desde las 7:00 a.m. los habitantes de las comunidades adyacentes a la avenida Hermano Nectario María obstaculizaron el paso vehicular en el elevado Bellas Artes, tal y como lo han hecho durante lo más de 70 días “de resistencia”. No faltaron las pancartas y franelas con mensajes en honor a Manuel Sosa y Gruseny Canelón –a dos meses de su crimen-, jóvenes asesinados presuntamente por militares durante manifestaciones.
En el primer encontronazo de ayer, entre civiles y militares, los locales se sintieron ganadores después de herir a un guardia que ameritó atención clínica. Le explotó un mortero en la espalda.
A eso de las 11:10 a.m. los militares subieron al elevado Bellas Artes para intercambiar improperios con los manifestantes que aguardaban en la esquina de Farmatodo.
De lado y lado se insultaron. Los guardias, desde arriba, amenazaron a los manifestantes con arrestarlos y atentar contra su integridad física con frases como esta: “No te dejes agarrar porque te voy a meter el fusil por…”.
Entre los dimes y diretes, entraron en acción motorizados de la GNB que, con escopetas en mano, emboscaron a los vecinos por la Alzaúl Planchart.
Aunque los vehículos no pudieron acceder a la Ribereña, se suscitó un breve intercambio de morteros y disparos -de parte la GNB-; sin embargo, los chamos prefirieron declinar en el enfrentamiento y enfocarse en la salud del muchacho, tras enterarse de la gravedad de la lesión.
Los minutos parecían una eternidad para las mujeres que socorrieron al malherido. Debatían entre exponerse ante los uniformados que rodearon la urbanización para llevarlo a un centro asistencial, o esperar la ambulancia que no podía ingresar a la zona de conflicto por impedimento de la GNB.
El muchacho estuvo sin asistencia médica adecuada por más de dos horas; estaba muy pálido.
Sus amigos oraban y le pedían que resistiera; él no tenía fuerzas para más que arrugar la cara y decir: “Me duele la pierna”.
El grupo Rescate Barquisimeto reportó a EL IMPULSO 15 heridos leves y dos de gravedad, en el balance general que hizo de la jornada represiva. A eso de las 2:30 p.m., tras más de dos horas de secuestro, los militares se retiraron y los vecinos pudieron trasladar al lesionado hasta un centro asistencial, donde lo operaron y estabilizaron.
Destrozos millonarios por la GNB
Los portones de Tarabana Plaza tuvieron que ser reparados y reforzados tras los ataques de la GNB, pero ya presentan daños por la jornada de ayer. Esto ameritó la inversión de seis millones de bolívares.
Varias viviendas tienen sus ventanas panorámicas destrozadas, las cuales, contaron algunos vecinos a EL IMPULSO, rondan los 350 mil bolívares.
Denunciaron que los guardias hurtaron una bandera venezolana de gran tamaño que le pertenecía a la urbanización. También dañaron parte del cercado eléctrico.
A pesar de que sus estilos de vida están marcados e intervenidos por las protestas, la mayoría se mantiene apoyando la causa.
“Un Presidente que le disparó a su pueblo lo que debe hacer es renunciar; eso es lo que Venezuela anhela con respecto a Maduro”, sentenciaron los manifestantes, quienes sostuvieron, con firmeza, que mantendrán las actividades de calle.
