Los residentes de la urbanización Las Doñas decidieron que era el momento de aportar su granito de arena en medio de la ola de protestas que se han suscitado los últimos dos meses en todo el territorio.
Los miembros de este conjunto residencial ubicado al oeste de la ciudad aseguran que su forma de manifestar es completamente artística y no afecta de ninguna manera el desenvolvimiento de la ciudadanía, es decir que no han optado por obstaculizar el libre tránsito de las principales vías de la zona.
Hace unas semanas colocaron en las paredes de la entrada de la segunda torre, una serie de cruces, que hacían alusión a cada uno de los caídos en medio de esta lucha. Para este lunes el edificio amaneció con un gran pendón que fue colocado desde lo más alto de la torre y abarcaba más de ocho pisos. En él está escrito, con unas grandes letras rojas: Maduro asesino de estudiantes.
Algunos habitantes del edificio desconocían quien era el autor de esta protesta, sin embargo, la gran mayoría apoyaba la medida.
Igualmente este grupo de barquisimetanos desde hace unas semanas se reúnen cada noche para rezar el Santo Rosario y ofrecen una oración por el país. En el acto espiritual se unen creyentes de todo tipo de religiones, quienes piden a Dios: paz, cambio y protección en estos tiempos turbulentos. El sitio de oración es una de las entradas principales del edificio. Y cada noche rezan a una sola voz las cinco decenas del Santo Rosario y en una que otra ocasión acompañan la congregación con flores y velas.
Igualmente en las entradas de los elevadores y de cada piso hay carteles con mensajes que invitan al respeto: Si no luchas al menos ten la decencia de respetar a los que sí lo hacen.
Una señora en el lugar relató tener vecinos adeptos al oficialismo que muchas veces se oponen a su protesta a pesar de que es completamente pacífica. En efecto una ciudadana se encontraba discutiendo con la junta de condominio para que fuese retirado el gran pendón que allí estaba. “Lo colocaron sin siquiera pedirle permiso a todos los que vivimos en el edificio. Lo que van a provocar es que vengan los colectivos a atacarnos. No podemos continuar viviendo en zozobra”, expresaba la vecina molesta; a lo que le respondieron con cacerolas desde sus apartamentos y la acusaban de “sapa”.
Ante este tipo de rechazo, los residentes invitaron a reflexionar a sus vecinos a través de un papel que colocaron en el ascensor, que expresaba: solo queremos que sepas que esta lucha es de todos y así como nosotros nos respetamos, respeten también nuestra libertad de expresarnos y más cuando es de una forma pacífica, no está lastimando ni ofendiendo a nadie.
