La idea de drones con desfibriladores que se despliegan para ayudar a cualquier persona a revivir a gente afectada por un paro cardiaco se puede convertir en realidad luego de que investigadores encontraron que los aparatos llegaban a las emergencias en promedio hasta 17 minutos más rápido que las ambulancias.
El estudio de los investigadores comenzó en octubre del año pasado y se publicó el martes en la revista de la Asociación Médica estadounidense.
El paro cardiaco es una de las causas más frecuentes de muerte en el mundo, mata a más de 6 millones de personas cada año. La mayoría ocurren en casa o en otros lugares que no son hospitales, en una situación donde los minutos son fundamentales para vivir o morir.
«El 90% de las personas que colapsan lejos de un hospital no sobreviven. Es un problema y ya es tiempo de que hagamos algo para resolverlo», dijo el doctor Clyde Yancy, el jefe de cardiología de la escuela de medicina de la Universidad de Northwestern en Chicago, el cual no tuvo nada que ver en la investigación.
El uso de drones cada vez se diversifica más, por ejemplo para llevar productos a clientes que viven en áreas difíciles de llegar, buscar a excursionistas perdidos o ayudar a la policía a monitorear el tráfico o a las multitudes. Utilizarlos para acelerar la asistencia médica le pareció el siguiente paso al equipo comandado por Andreas Claesson, quien que decidió comenzar a probar esta idea en el Instituto Karolinska en Suecia.
Los investigadores utilizaron desfibriladores que pesaban menos de un kilo (dos libras) y los instalaron en un dron, junto con una voz electrónica que guía al testigo de cómo usar el dispositivo. También colocaron una cámara y un dispositivo GPS.
No hubo accidentes ni percances en el estudio, dijo Claesson. El investigador planea seguir con las pruebas con drones para en un futuro usarlos con paros cardiacos reales.
Los resultados de la prueba muestran «un gran potencial para salvar vidas», dijo Claesson.