El recién electo presidente francés Emmanuel Macron busca una mayoría en las elecciones legislativas, cuya primera vuelta se celebra este domingo, una condición crucial para realizar las ambiciosas reformas que ha prometido.
Un mes después de que Macron, de 39 años, se convirtiera en el presidente más joven de la historia del país, más de 47 millones de franceses están llamados a las urnas para elegir a 577 diputados, entre 7.877 candidatos.
Los colegios electorales abrieron sus puertas a las 08H00 (06H00 GMT) en Francia metropolitana y cerrarán a las 18H00 GMT en las grandes ciudades. Las primeras estimaciones se conocerán poco después del cierre de los centros de votación.
Los sondeos pronostican que el movimiento político de Macron, La República en Marcha (LREM), obtendría entre 370 a 400 diputados, con los que superaría ampliamente la mayoría absoluta de 289 escaños.
Estos comicios son cruciales para el presidente centrista, que necesita una mayoría sólida para implementar sus ambiciosas reformas y sacar a Francia del estancamiento económico.
Sin embargo, los analistas se muestran prudentes debido a que se prevé una baja participación, lo que genera incertidumbre sobre el desenlace final.
A media jornada, la participación era del 19,24%, en baja respecto a las anteriores legislativas de 2012 a la misma hora (21,06%).
«En esta elección los resultados parecen estar ya decididos, no hay mucho suspenso», señaló Jean-Pierre Bulgheroni, un jubilado de 80 años que votó en la ciudad de Lille (norte).
La abstención podría alcanzar entre 49% y 60%, según las proyecciones, una cifra récord de los últimos 60 años.
Al igual que en las elecciones presidenciales, 50.000 policías y gendarmes velaban por la seguridad de los votantes, en unos comicios que se celebran en un contexto de fuerte amenaza terrorista, tras una ola de atentados yihadistas que han dejado 239 muertos desde 2015.
El martes, las alarmas volvieron a dispararse cuando un hombre, que juró lealtad al grupo yihadista Estado Islámico, atacó con un martillo a un policía frente a la turística catedral de Notre Dame de París.