Para quienes a diario pasan por la urbanización Valle Hondo, en Palavecino, a simple vista, todo ha retornado a la normalidad, aunque internamente persiste la tensión entre las familias, sobre todo en aquellas con jóvenes que se sienten perseguidos por organismos de seguridad.
“Aquí, aparentemente, todo está tranquilo porque no han vuelto con lo de los allanamientos y los destrozos de portones por la guardia, pero muchos no podemos dormir con tranquilidad, cualquier ruido nos hace despertar sobresaltados, además de muchos rumores”, dijo una habitante.
Afirmó que algunos, en especial personas mayores, que se mudaron a otros sectores, a raíz de la incursión policial y militar del jueves 26 de abril, regresaron, aunque la mayoría con problemas nerviosos.
“Pero varios muchachos no han regresado, por temor a la Guardia Nacional o al Sebín, que los involucren en la muerte del militar”, explicó.
En la avenida El Placer, la principal de Valle Hondo, desde hace algunos días desaparecieron las barricadas, aunque la mayoría de los comerciantes allí establecidos mantienen cerrados sus negocios, algunos definitivamente, ante el temor de que vuelvan los actos de violencia.
Apenas, en las paredes de una casa se observan carteles pidiendo esclarecimiento del crimen del joven Manuel Sosa y la liberación de los jóvenes detenidos.
