La producción nacional de caña de azucar solamente podrá satisfacer el 20% del consumo, debido a la falta de los insumos necesarios, lo que obligará al Ejecutivo a importar el 80% restante, aseguró el presidente de la Sociedad de Cañicultores de Portuguesa y Vicepresidente de la Federación de Sociedades de Cañicultores (Fesoca), Oscar Contreras.
Precisó que a los precios a los que actualmente se cotiza el azúcar en los mercados internacionales, el Estado venezolano tendrá que erogar alrededor de los US$ 500 millones para poder satisfacer el consumo nacional, que se estima en 1 millón 200 mil toneladas, recursos que podrían ser distribuidos
Asegura que en los actuales momentos, unas 90 mil hectáreas de caña de azúcar, están a punto de perderse por falta de fertilizantes y agroquímicos, recordando que inmediatamente que se corta la caña y se arrima a los centrales, hay que proceder a realizar el tratamiento de los suelos para la próxima zafra, lo cual no se ha podido concretar.
Recordó que antes de iniciar la zafra, tras revisar los costos de producción, se planteo al Gobierno que el precio del azúcar al consumidor, debería estar en el orden de los 1.540 bolívares el kilo; pero como consecuencia de la inflación acelerada que hoy existe en Venezuela, los cañicultores se han visto en la necesidad de hacer una nueva revisión de los costos, estimando que el precio para el consumo debería ubicarse en los 3.000 Bs/kg, lo que permitiría que el precio al productor estuviera por encima de los 1.000 Bs/kg.
Recordó que la capacidad instalada para la molienda de caña, en los 16 centrales azucareros que operan en el país, 10 del Estado y 6 de la empresa privada, está en el orden de las 10 millones de toneladas, pero solo se están procesando 800 mil toneladas que producen un 20% del consumo nacional, el 80% restante debe ser importado.
Advirtió Contreras en Globovision, que la caída en la producción nacional de caña de azúcar, se debe a que no hay en el país una política coherente en materia de precios, tampoco en cuanto del suministro oportuno y suficiente de insumos y fertilizantes, lo que constituye la problemática que enfrentan los cañicultores.