Levantarse a las dos de la madrugada para salir con una bombona vacía de gas doméstico hacia donde aspira a conseguir una llena se ha convertido en uno de los mayores sacrificios que desde hace algún tiempo debemos hacer los venezolanos para comer.
“Yo me levanté a la una; son las diez de la mañana y todavía sigo en la cola, y no se si alcanzaré a comprar”.
Esa fue la explicación que ofreció Simón, un obrero residenciado en barrio Unión, la mañana de este martes, mientras esperaba su turno para comprar el cilindro de gas doméstico en el centro de distribución existente en la calle 37, antigua Casa Sindical.
Como el había más de 2.000 personas, aproximadamente, de diferentes sectores de Barquisimeto y, hasta de Yaritagua.
Allí, la venta de gas es de lunes a viernes, a través de tres camiones, cada uno de los cuales transporta 600 cilindros de 10 kilos, la más pequeña, cuyo valor oficial es de 50 bolívares.
“Pero cuando no alcanzamos a comprarla aquí caemos con los bachaqueros, que las venden hasta en 2.000.
Otro sitio de distribución está ubicado en la Zona Industrial, pero solo los sábados, por lo que es insuficiente.
“Anteriormente el camión llegaba regularmente a las comunidades y aunque a veces se demoraba unos días, no teníamos mayores problemas, pero desde que el Gobierno cogió las empresas privadas todo se echó a perder y nosotros estamos sufriendo las consecuencias”, dijo, por su parte, María Eugenia, ama de casa.
Este martes, la cola de mujeres y hombres llegaba hasta el Domo y quienes estaban frente a la bomba no tenían muchas esperanzas de conseguir comprar, pero seguían en la filas, como Nancy, quien ya regresó frustrada a su casa el viernes pasado.
También denunció que las bombonas, por los años de uso, están muy deterioradas y el gas se escapa por las válvulas, por lo que el tiempo de duración es menor.
Pero Simón no cree en la excusa de que la distribuidora no dispone de camiones suficientes para el reparto directo a las comunidades.
“Aquí lo que falta es organización, como todo lo que agarra el gobierno, que lo echa a perder”, puntualizó.