Alrededor de las 9 de la mañana de ayer algunos padres estaban afuera del Centro Socio Educativo Pablo Herrera Campíns, mejor conocido como retén El Manzano, y vieron como los guías corrían con un muchacho en brazo. Al cabo de unos minutos les informaron que la visita especial que tendrían para los 242 muchachos que allí se encuentran recluidos, fue suspendida. La causa un joven había fallecido.
La llamada para el padre del joven por parte de las autoridades del retén no tardó, en cambio a su madre fueron los mismos familiares allí presentes quienes le avisaron lo sucedido.
¿Que pasaba allí? nadie sabía, sus familiares llamaban por teléfono a otros jóvenes recluidos y le indicaban que el adolescente de 17 años de edad, se había caído bañando, señalaban que se trataba de un accidente. Pero ninguno de sus parientes creía esa historia, sabían que era un crimen. Funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc Lara llegaron al lugar, sin embargo, después de cierto tiempo dejaron pasar al padre del joven fallecido, a quien le indicaron que lo habían asesinado.
Existe envidia
La víctima fatal tenía ocho meses recluido en el Pablo Herrera Campíns, por el delito de robo agravado. Cayó supuestamente con un joven mayor de edad. Fue detenido por funcionarios policiales y portaba un arma de juguete, habría sido sentenciado a dos años, y estaría próximo a recibir un beneficio.
De acuerdo a versión de una de sus tías, el hoy fallecido estaba acompañado por el muchacho con quien fue detenido, y otros mayores de edad. Al darse el cambio de directiva todos fueron separados, entre ellos 87 adultos, catalogados como los más peligrosos.
“Aquí dicen que hay que tenerle miedo a los adultos, pero mientras mi sobrino estuvo allí no le pasó nada”, comentó una de sus tías.
Indicó que el jovencito era el mayor de tres hermanos y su madre trabajaba a diario para que no le faltara nada. Siempre le traía mucha comida y procuraba ofrecerle chucherías a fin de que que no se metiera en ninguna deuda y de este modo evitar problemas.
Precisamente, ayer martes a las 6 de la mañana, la madre del adolescente le llevaba su comida.
Se conoció que él la habría llamado temprano para preguntarle sobre su comida: un arroz acompañado de marrano, tocineta, jugo de guayaba y hasta agua, fue lo recibido.
La tía también expresó que dentro de El Manzano existía mucha envidia. Al principio, a su sobrino cada vez que iba a tribunales le exigían que dejara franelas o zapatos a otros internos, pero ellos como familia nunca lo permitieron, aseguró.
Más detalles
Trascendió en fuentes policiales que la víctima fatal estaba recluido en la letra D con 35 jóvenes más. El muchacho se bañaba cuando se dio cuenta que le iban a robar su comida que para otros resultó apetitosa y trató de defender sus alimentos. Por pelear con ellos fue derribado en el piso y se golpeó en la cabeza. Al menos dos adolescentes lo atacaron con un arma blanca en la cabeza en tres oportunidades.
Se conoció que fue con una especie de punzón, el cual es elaborado por estos jóvenes con una cabilla que afilan para convertirla en un arma blanca. Posteriormente, alguien avisó y fue cuando lo sacaron para ser auxiliado, pero falleció.
Los presuntos homicidas luego de asesinarlo se comieron los alimentos destinados al joven.
Dos responsables
Entre las indagaciones que hicieron las autoridades dentro del Pablo Herrera Campíns, por ahora tendrían dos responsables de este crimen y se estaría por determinar sobre un tercero. Los posibles homicidas son también adolescentes y podrían ser presentados antes los tribunales larenses en las próximas horas.
Con la muerte de este adolescente de 17 años de edad, sería la primera víctima en ser asesinada dentro del retén El Manzano, este año.