Con el golpe de las cacerolas se realizó ayer en Barquisimeto la Marcha de las Ollas Vacías. Desde Barrio Unión, hasta El Trompillo – Portachuelo, la ciudadanía protestó por “la dieta obligada” a la cual los tiene sometidos el Gobierno.
La actividad estuvo encabezada por el alcalde de Iribarren, Alfredo Ramos, quien al iniciar el recorrido anunció que esta protesta también recordaría a Yoiner Peña, quien se mantuvo recluido en un centro de salud desde abril, luego de recibir dos impactos de bala durante su participación en una protesta de calle en el encuentro de las avenidas Salle y Florencio Jiménez. Murió la noche del pasado viernes.
El líder de Causa R, pidió conmemorar a Peña, quien habitaba en el Barrio El Carmen, también comunidad de la parroquia Unión. “Por él y por la sangre derramada de los demás jóvenes en lucha, tenemos que mantenernos en calle. No habrá descanso para ningún alma ni para el pueblo, hasta recuperar el derecho a la vida, las ideas, la democracia y al voto”.
El alcalde pidió por el cese de la impunidad. En especial en las actuaciones de colectivos armados al oeste de la ciudad, “comandados por un concejal del municipio Iribarren”, quien ha sido identificado. Aseveró que los cuerpos de investigación encargados, están al tanto de dicha responsabilidad.
La lucha sin descanso de los últimos días exige, entre varias garantías alimento, medicinas y acceso a servicios públicos como el gas. Sin embargo, “la hambruna” a la cual está sometido el pueblo de Venezuela es la razón que motiva a más del 60 % de los ciudadanos a marchar en la calle.
Así lo acotó el diputado por la Asamblea Nacional (AN), Alfonso Marquina, quien expresó que la escasez y los altos precios de los artículos disponibles son las principales angustias de los venezolanos; ambos factores se agudizarán con el nuevo sistema de Divisas Complementarias (Dicom) que fijó la tasa a Bs./$2.010, valor que servirá de referencia para la importación de productos de primera necesidad.
“Es por esta razón que vemos que sectores populares que apoyaba al actual régimen, hoy piden por un cambio político”, manifestó el también representante del partido Primero Justicia, durante un recorrido en el que se apreciaron bodegas vacías o verdurerías sin rubros agrícolas básicos como papa y zanahoria.
La diputada de la AN Bolivia Suárez, lamentó que todos los venezolanos, sin importar profesión o trabajo, hoy día tengan las ollas vacías, en especial los adultos mayores y pensionados “a quienes se les pretende engañar con un Bono de Guerra Económica”.
Indicó que no habrá bono que atienda las necesidades de la población, mientras haya inflación y caída de la producción, factores que se apreciaban en las calles de la parroquia Unión, donde las bodegas venden el kilogramo de masa de maíz a Bs. 1.800, ante la escasez de harina precocida de maíz. También ofrecen “la tetica de café en Bs. 2.000” y “tuche de café en Bs. 850”.
Macario González, coordinador de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) en Lara, pidió seguir adelante con la lucha de calle, puesto que el gobierno y su propuesta de Asamblea Nacional Constituyente (ANC), descrita como fraudulenta, no atienden estos ni otros males que aquejan a la población.
Pablo Álvarez, coordinador electoral de Avanzada Progresista, expresó que la pretensión del Gobierno de buscar un atajo a la situación venezolana con una ANC sin consultar al pueblo sobre su propio destino, es otra razón que da fuerza a protestas de calle como la de este día.
Por su parte, Orlando Fernández, exgobernador de Lara, aseveró que “la calle se ha fortalecido gracias a la resistencia de jóvenes venezolanos que exponen su vida y, es a ellos, a quienes no se puede abandonar”.
Durante la marcha se rechazó la presión a la cual está sometida la ciudadanía por las bolsas de comida de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), lo cual no es una solución ni alternativa digna al problema de hambre que presenta el país.
El gremio médico y de abogados también acompañó esta marcha de las ollas vacías, en la cual la solidaridad del vecino no se hizo esperar. Las familias salieron de sus casas no sólo con sus cacerolas, como muestra de hambruna, sino también con agua para los marchantes, en un gesto de apoyo a quienes luchan por un futuro mejor.