Activistas ambientales denunciaron el viernes la decisión del presidente Donald Trump de retirar a Estados Unidos del acuerdo climático de París, en tanto la gran mayoría de los países del mundo prometieron redoblar sus esfuerzos para contener el calentamiento global.
En Berlín, activistas de Greenpeace proyectaron la silueta de Trump en un costado de la embajada estadounidense junto con la leyenda, «íPerdedor total, qué triste!»
Horas después, la canciller Angela Merkel convocó a la prensa para una declaración espontánea en la que calificó la decisión de Trump de «extremadamente lamentable, por decir lo menos».
Pero Merkel, cuyo país será anfitrión de la cumbre climática de este año, dijo que era hora de mirar hacia adelante.
«Esta decisión no puede detener ni detendrá a los que nos sentimos obligados a proteger el planeta», dijo. «Todo lo contrario. En Alemania, Europa y el mundo sumaremos nuestras fuerzas más resueltamente que nunca para afrontar y responder con éxito a los retos de la humanidad como el cambio climático».
Anticipando un posible retiro estadounidense, funcionarios de China y la Unión Europea habían preparado una declaración en la que ratificaban el Acuerdo de París de 2015, considerado un pacto histórico para unir a casi todos los países con un objetivo común.
Se prevé que el tema del clima será prioritario en las conversaciones del viernes entre el premier chino Li Keqiang, quien encabeza una gran delegación ministerial a Bruselas, el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk y el de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker.
Bruselas y Beijing creen «en la plena aplicación, sin matices, del acuerdo climático de París», dijo Juncker y añadió que «no puede haber retrocesos».
Francia, Alemania e Italia, tres de los pesos pesados del continente europeo, lamentaron en un comunicado conjunto el jueves la retirada de Estados Unidos y mostraron «nuestro más fuerte compromiso» para implementar las medidas que les corresponden.
Aunque Trump declaró que Washington estaría dispuesto a reincorporarse al acuerdo si pudiera obtener unos términos más favorables, los tres líderes europeos reiteraron que el tratado no puede ser renegociado «dado que es un instrumento vital para nuestro planeta, sociedades y economías».
La ministra alemana de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, dijo a periodistas en Berlín que otros países cubrirán el hueco que deja Estados Unidos en el liderazgo, pero ninguno compensará el déficit en la reducción de emisiones causado por su marcha.