Desde el Valle del Cauca colombiano, envío a ustedes este nuevo tema dedicado a esos que creen que porque envejecieron y se jubilaron ya no hay nada más que hacer, sino esperar la muerte.
Mientras las ganas, la actitud y el espíritu estén elevados, aunque la envoltura del cuerpo se vaya poniendo rugosa y tengamos más años que el mismo tiempo, seguiremos de pie recogiendo nuestros ganados frutos, lo único que no nos dejará quedar estacionados en un rincón oscuro esperando la llegada del final.
Los viajes como los intereses paralelos son campo abierto para mantenerse ocupado, avanzar y disfrutar las cosas del momento. Jubilarse no es estar cansado, es dedicarse a otras cosas, decir adiós al compromiso del horario, mantener activa la mente y reverdecidas las esperanzas. Los sueños no se acaban porque se jubila, se hace viejo o porque ya no se tiene el trabajo y la paga de quince y último. La vida es ocupación perenne, es vivir activo y animoso. Si lo vemos bien, está llena de todo un poco: Puede ser del tamaño de un libro o solo de una o dos páginas del mismo libro, es única y lo más importante para nosotros. Cada edad tiene su razón de existir, sus placeres, su brillo, sus experiencias. Es la actitud y falta de fe y de ganas lo que conduce al fin de las esperanzas…
El estrés es lo que hace que jóvenes y viejos pierdan de vista sus verdaderas prioridades. El tiempo hace su trabajo en nosotros como lo hace el agua del río en sus riberas que aunque las va desgastando, no por eso se detiene el trabajo del agua. En nosotros también el tiempo realiza su arduo trabajo, dándonos la oportunidad de disfrutar a cada paso, si así lo deseamos. Vivir tiene sentido hasta el final.
En una ocasión el poeta Marco Antonio Faillace me dedicó de su autoría el poema “Asoma´os en la ventana del vendaval”, del que hoy tomo algunas partes para compartir con mis lectores y hacer más rico el tema de los intereses paralelos porque es hermoso, porque es vida, es realidad y no le falta nada respecto a lo que tenemos que vivir, disfrutar, ver y realizar. “La vida entera va uno asomándose en otras cosas: Se asoma uno al adulto cuando el hijo de tu hijo te llama abuelo, se asoma uno al final cuando la tierra suma al mirador de la ventana, al vendaval que izó tu vida. Por fin se asoma uno al más allá, cuando tu cuerpo es solo la ceniza del más acá…”
Los caminos siempre están abiertos y extensos para todos; si se niega uno a ver la vida allí a plenitud, se corre el riesgo de vivir rodeado solo de paredes que lo asfixiarán en la cárcel de su propio ensimismamiento y soledad. -Es preferible que falte la fuerza al cuerpo y no la voluntad al espíritu. También yo tengo mis versitos guardados y mis frases: Cuando hay voluntad podemos ser felices con muy poco:
Tengo mi voluntad presente en el respiro, en la arcilla de mis ancestros, en el cofre de mis esquelas, en mis esperas detenidas… La tengo presente en mis refugios encantados, en la esencia de mis quereres imposibles, la tengo en el joyel de bellas amatistas que guarda el corazón, tengo mi voluntad lista siempre aquí donde me encuentro, a escuchar con alegría el eco de un vallenato sonando en la montaña, la tengo también en el constante insomnio de la brújula, en los guaduales del camino, en mis oraciones, en las razones del cerebro y en la diana de mi pecho, en la fuerza de mi aliento, sin faltar en ella nunca las comunes cosas: el agua, el pan, un cántaro, un sueño, unas rosas…
Continúa la próxima semana