Estafa

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La llamada Constituyente impuesta por Maduro es un cambio de reglas para formalizar la apropiación del poder por parte de un pequeño grupo, sobre la base de un principio antidemocrático. Democracia es gobierno de la mayoría y derechos de la minoría. El madurismo es gobierno de la minoría sin derechos para la mayoría.

El artículo 348 constitucional coloca la iniciativa de la Constituyente en el Presidente, la Asamblea, los concejos municipales en cabildos y el 15% de los electores. Pero antes, el 347, nos dice quien tiene el poder de convocar, que es el pueblo. Es lo mismo que el 187 confiere a la Asamblea el poder de legislar y el 202 llama leyes a los actos sancionados por ésta, mientras el 204 regula la iniciativa. Que la tienen el Ejecutivo, los parlamentarios, otros órganos del poder público en determinados campos, y el 0,1% de los electores. Estos pueden proponer un proyecto de ley, pero solo la Asamblea puede disponer. Porque la iniciativa no es otra cosa que el derecho a hacer una propuesta. Solo la mala fe puede confundir el derecho a proponer con el poder de decidir.

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Se nos dice que la llamada Constituyente es una oportunidad para el diálogo y para la paz. Una Asamblea Nacional Constituyente verdadera podría serlo, pero ésta que se quiere imponer ¿Por qué habría de serlo? Si no ha nacido del diálogo ni ha recibido apoyo de nadie fuera del círculo del poder y ni siquiera todo el chavismo la respalda. Ha nacido bajo el signo de la imposición y la exclusión, con un insoportable tufillo fascista en el lenguaje violento, de amenaza y confrontación. No es la paz su intención, a menos que se considere tal el aplastamiento de toda expresión distinta o independiente mediante la coacción. La propaganda que abusando del poder estatal se difunde es engañosa.

La llamada Constituyente no toca ninguno de los problemas reales que afectan a los venezolanos. Ya vimos que nada tiene que ver con la crisis política y al contrario la agrava. Tampoco atiende la escasez de alimentos, medicinas y cualquier insumo necesario, el desabastecimiento de los mercados por poca producción o por importaciones ahora imposibles, la pérdida de valor de la moneda, la hiperinflación, la inseguridad causada por la delincuencia desatada e impune. Es decir, ignora las crisis económica y social e impide la solución de la crisis política que bloquea las decisiones para resolverlas. No sirve para nada útil.

Si la llamada Constituyente es antidemocrática e inconstitucional, no trae el diálogo ni la paz y carece de utilidad, ¿a quién le interesa que una minoría sustituya la decisión de la mayoría?

Comete estafa, el Derecho Penal, el que con artificios o medios capaces de engañar o sorprender la buena fe de otros, induciéndolo al error, procure para sí un provecho injusto con perjucio ajeno. Es decir, eso que el gobierno llama Constituyente es una estafa.

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