La diversificación es la nueva tendencia de las redes de narcotráfico del llamado Triángulo de Oro, en el cruce entre Laos, Tailandia y Birmania, alertó este jueves la ONU.
Esta región del sudeste asiático, la segunda mayor zona productora después de Sudamérica, era famosa hasta hace poco por la elaboración de heroína y metanfetaminas. Pero en los laboratorios clandestinos de esa área se fabrican con frecuencia nuevas drogas, según un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC).
«El mundo de las drogas se ha vuelto más complejo», con 168 nuevas sustancias detectadas en 11 países del sureste asiático desde 2008, explicó Martin Raithelhuber durante la presentación de ese informe en Bangkok. «Nos enfrentamos a una gran cantidad de nuevas sustancias de las que nadie oyó hablar, pero que están aquí», añadió.
Esas drogas, conocidas como nuevas sustancias psicoactivas (NPS, por sus siglas en inglés), imitan los productos tradicionales como el éxtasis o el cannabis, sin tener la misma estructura molecular.
En un mercado dominado por las metanfetaminas y la heroína, las nuevas drogas son más bien estimulantes, alucinógenos u opiáceos. A menudo se combinan con las sustancias clásicas para potenciar su efecto a un coste mínimo.
Entre los nuevos productos, el fentanilo, un opiáceo 100 veces más fuerte que la heroína, es cada vez más popular en Norteamérica.
Según la ONUDC, la mayor parte de las NPS detectadas en el sureste asiático son drogas similares al fentanilo, destinadas a los mercados estadounidense o europeo.