Por segundo día consecutivo los habitantes de La Mora, Cabudare, cerraron las principales calles de su urbanización. Con esta medida los residentes de la zona reconocen que se unen a la lucha que la resistencia ha librado en distintas partes de la ciudad.
Este lunes los guardias nacionales intentaron apagar su lucha al momento en que ingresaron a la urbanización. Según relataron en el sitio, los funcionarios pretendieron dispersar a los manifestantes lanzándoles perdigones y metras. Algunos jóvenes resultaron heridos al ser impactados con estos objetos, sin embargo, afortunadamente la Cruz Verde brindó su apoyo, y el equipo de paramédicos atendió cada una de sus heridas. Igualmente, par de jóvenes resultaron detenidos. Por otro lado, las denuncias acusaron a las fuerzas armadas de haber arremetido a las residencias con bombas lacrimógenas y que incluso los motorizados se dedicaron a lanzar gas pimienta dentro de las casas. “Nos tenían ahogados. Muchos niños y adultos mayores resultaron asfixiados. Menos mal que somos una comunidad unidad y nos desplazamos por toda la calle para atenderlos a todos”.
A pesar de toda la represión que vivieron estos palavecinences durante más de cuatro horas, no se entumecieron. A las 8:00 de la mañana de este martes regresaron a las calles. Más de uno opinaba que era el momento de que todos lucharan, que habían perdido el miedo y que ya era el momento de unirse a esta gran batalla.
“Esta es una de las vías hacia la resistencia porque la libertad está en la calle, no en nuestro hogares y el confort. No es posible que los guerreros están batallando y uno en su casa tranquilo, hay muchas formas de colaborar y apoyar con la presencia activa”, expresó una señora de unos 50 años de edad que acompañaba la protesta.
La resistencia se mantuvo sin miedo en las calles, en contra de la Constituyente y lo que opinaban su aplicación podría generar, como lo es: la eliminación de las elecciones y la creación de un país comunista. Consideran que el pueblo es el único que puede aprobar su convocatoria.
Además recordaron que su lucha era por cada una de las carencias que tienen ellos como comunidad. Entre ellas denunciaron que con poca frecuencia llega el agua a su zona, y a pesar de eso deben pagar unas tarifas exuberantes; hasta 10.000 bolívares cancelan en una casa de tamaño promedio por el servicio. Lo mismo sucede con el gas y el aseo, raramente cumplen con su debida distribución y labor en La Mora, y según se informó, un bodeguero paga por los menos 25.000 bolívares por la recolección de basura.
Un señor de la tercera edad, opinó que ya la situación explotó y que simplemente no había vuelta atrás. “Es triste e irán a pasar muchas cosas pero la gente no aguanta más y nos molesta que haya una cantidad de inconscientes que se quejan de las trancas, como si ellos vivieran en Marte y lo que pasa en el país no les afecta. El problema no es de nosotros nada más”.
Es importante destacar que a partir de este lunes se suspendieron las clases en la Universidad Yacambú (UNY), por el resguardo de los integrantes de la comunidad universitaria.