Con el pasar de los días se hace más cotidiano ver personas optando por guindar de las puertas de las unidades de transporte público como la opción más accesible para poder llegar a sus hogares o trabajos; en especial durante las horas “pico”, cuando las paradas se abarrotan y la espera de los usuarios para poder abordar un vehículo se hace larga.
Y es que en Palavecino e Iribarren, como también en el estado Lara y la mayor parte de Venezuela, los transportistas tienen alrededor del 50 % de la flota paralizada por falta de insumos y repuestos.
Según las cifras que maneja la Autoridad Metropolitana de Transporte y Tránsito (Amtt), en Barquisimeto y Cabudare existe una brecha preocupante entre la oferta de automóviles y la demanda de pasajeros, que ronda los 63.000 asientos y los 2.250 vehículos de déficit.
En los últimos años, afirmaron conocedores en la materia a EL IMPULSO, en estas ciudades larenses se ha registrado un eminente retroceso en cuanto a transporte se refiere, que, de mantenerse así -advirtieron los especialistas- pudiera culminar con el quiebre de los transportistas y la eliminación del sistema actual.
Crisis se agudiza los últimos tres años
Para el presidente de la Federación Nacional de Transporte, Erick Zuleta, la inflación, la falta de producción nacional y la disminución de las importaciones, produjeron en el país una escasez de insumos y repuestos que se ha traducido, con énfasis en los últimos tres años, en envejecimiento y deterioro del parque automotor.
“Vamos en involución, eso es socialismo. Nosotros lo hemos advertido todo este tiempo porque nunca ha habido una política de transporte. La situación se ha agudizado en los últimos tres años porque no tenemos insumos ni repuestos. Líneas que tenían 180 carros ahora trabajan con 6ó 70 unidades”, expone.
Explica Zuleta que los transportistas poco pueden hacer por su cuenta para remozar la flota con las tarifas que se están cobrando, puesto que en la empresa privada los precios son inaccesibles.
Expone que el autobús Encava más lujoso, de 32 puestos, en el año 2015, costaba 3 millones 800 mil bolívares; mientras que en la actualidad la misma unidad amerita una inversión de casi Bs. 200 millones. Las busetas sencillas, marca Intercar, de 24 puestos, oscilan entre 80 y 90 millones de bolívares.
El panorama es más oscuro, sostiene, cuando se toma en cuenta que la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) restringió los créditos para los conductores hasta los Bs. 10 millones.
Desde el 2015 nse subsidia un autobús en la entidad. Para entonces, Fontur costeó algunos Yutong; sin embargo, las autoridades hoy afirman que se dedicarán únicamente a repotenciar unidades.
“Vivimos en un país en el que el mismo Estado admite que no tiene capacidad para financiar nuevas unidades para el transporte público. Qué clase de política es esta (…) El problema es el modelo económico porque es disfuncional, no le sirve al pueblo y no le sirve a los transportistas”.
Advierte Zuleta que, de continuar la precariedad y la regresión, podría dejar de existir el sistema convencional del transporte público.
“Nos están poniendo contra la pared. Pareciera que el Estado está interesado en quebrar a los transportistas para después traer una transnacional. El Gobierno nos está llevando a ese camino para después decir que hacen fal los chinos. Nosotros estirando la bomba hasta más no poder”.
Asimismo, criticó la falta de iniciativa local para el establecimiento de planes en pro del servicio.
Ha falta más del doble de unidades
Según los números que maneja la directora de laMTT, Carolina Espina, en Barquisimeto y Cabudare hay un déficit de unidades de transporte público del 150%.
“Por eso es que vemos tanta gente abarrotada y de pie. Necesitamos más del doble de unidades para garantizar un servicio seguro y confortable”, alega.
Espina cree que la situación tiene tendencia a empeorar, puesto que el número de uarios cada vez es mayor porque los dueños de carros particulares también se han visto afectados por la crisis económica y del sector automotor; mientras tanto, la capacidad del Sindicato Automotor va mermando.
Recuerda que desde hace 17 años no se ha puesto en marcha en las urbes hermanas un programa masivo y sostenido de renovación de parque automotor.
“La gente dirá que ve los Yutong en las calle; sin embargo, estos son muy pocos asignados y la mayoría ha sido utilizado para cubrir rutas extraurbanas por distintos motivos (…) Lo ideal fuese que todos los usuarios tuviésemos unidades con aire acondicionado, con un buen nivel de seguridad, asientos en buen estado, con sistema para personas con discapacidad”
Son necesarias políticas locales y nacionales
Por la situación de crisis económica, a la MTT, alega Espina, se le dificulta cumplir con parte de su trabajo, específicamente en lo concerniente a exigencias físico-mecánicas de los vehículos.
Por su parte, conductores, autoridades y usuarios coinciden en señalar que las mejoras en el transporte público pasan por la estabilidad económica en Venezuela y por la definición de políticas en el espectro.
“Lo único que hace este Gobierno es congelar el pasaje y esto lo que hace es condenar al sistema a desaparecer (…) Los larenses no se merecen un transporte tan paupérrimo como el que tenemos”, critica Zuleta.
Para que exista progreso y el servicio mejore, convergieron, urge una política de financiamiento para los profesionales del volante, así como de reposición y restauración del parque automotor.
“Es indispensable modelos crediticios para que se puedan adquirir nuevas unidades. También es necesario mayor accesibilidad a respuestos e insumos; pero también creo que debe preponderar la conciencia ciudadana, deben cuidarse las unidades y los conductores deben ser amables”, subrayó Espina
Asimismo, consideran que debe establecerse una política de estructura de costos real con subsidios alternos, como también estiman que colaboraría la definición de recorridos con canales exclusivos, terminales de transferencia.