Como si fuera poco el cúmulo de calamidades que estamos padeciendo los venezolanos, ahora el gobierno militarista-comunista busca promover la convocatoria a una Asamblea Constituyente Comunal, o sea invitando a un proceso electoral corporativo, sectorizando a la población, y obviando el voto universal, directo y secreto.
Ahora bien, toda esta vil maniobra fraudulenta e inconstitucional por lo demás, la quieren llevar adelante sin el previo consentimiento de la población a la convocatoria, tal como lo establece nuestra Carta Magna, recurriendo solapadamente a la aprobación de un CNE subordinado y alcahuete de las decisiones del alto gobierno.
A decir verdad esta iniciativa del gobierno ha sido rechazada por la mayoría de la población, partidos políticos, las iglesias, gremios, sindicatos, empresarios y estudiantes, por considerar que la verdad verdadera pareciera apuntar, a la confección de una Constitución como un traje a la medida al régimen, o buscando revestir de constitucionalidad a la dictadura.
Todo parece indicar que con este artilugio, donde solamente participen electores escogidos a través de las comunas y consejos comunales, los cuales son manejados de la mano del gobierno nacional, solo buscan concentrar todo su poder y desprenderse de organismos que supervisen las decisiones que tomen, como es el caso de la AN.
Por otra parte, la situación de Venezuela es un problema de ingobernabilidad que no se resuelve con una nueva Constitución; los problemas políticos, económicos y sociales que hoy padecemos, los han originado la incapacidad, ineptitud y falta de visión del régimen militarista y comunista, que hoy mal gobierna el país.
Este bodrio político llamado Constituyente «comunal», sólo agregaría nuevas dificultades, riesgos y frustraciones a una población hambrienta, enferma, hostigada y desesperada; sobre el particular los venezolanos pensantes y con criterios bien definidos nos planteamos otras salidas pacificas, democráticas y constitucionales para superar esta grave crisis, la cual en ningún caso, ha sido originada en las normas constitucionales.
En conclusión, la población debe mantenerse en pie de lucha hasta lograr que el CNE dé a conocer el cronograma electoral para la celebración de elecciones generales, no de ese mamotreto fraudulento de la Asamblea Constituyente, se conceda la libertad a los presos políticos, se establezca un canal humanitario para traer alimentos y medicinas y se restituya el respeto y autonomía a los poderes públicos, todo ello para poder “convivir en paz” como lo anunciara Monseñor Jesús M. Celli el 16 de noviembre de 2016, producto del tan cacareado “diálogo”; no caigamos en ese malicioso juego de la constituyente, que al igual que la mesa de diálogo, solo busca ganar tiempo y desviar la atención a los oscuros intereses de la “dictadura”. Valor y pa´lante.