¿Qué nos trajo a esta situación? La confiscación del derecho al voto materializada en el desconocimiento de la Asamblea, la suspensión del referéndum revocatorio y la eliminación de las elecciones a gobernadores. ¿Cuál es la solución? La restitución de ese derecho para que la mayoría relegitime los poderes públicos. Solo así recuperaremos la democracia y la vigencia plena de nuestra constitución. Qué quede claro que los responsables de toda la violencia actual son los le quitaron al pueblo soberano su poder de decidir y que ahora pretenden convocar un proceso fraudulento bajo el formato constituyente para que una minoría partidista se imponga a la inmensa mayoría nacional que quiere un cambio de Gobierno.
El mismo dictador que gobierna desconociendo al parlamento nacional y que ordenó frenar el revocatorio y las elecciones regionales, ahora usurpa la potestad exclusiva del pueblo convocando a una constituyente originaria sin la debida y obligatoria consulta en referéndum. Es la única manera que tiene para seguir ejerciendo el poder en minoría de forma ilimitada e indefinida, o sea, para formalizar su dictadura. Ya lo decía Bolívar: “Nadie sino la mayoría es soberana. Es un tirano el que se pone en lugar del pueblo y su potestad; usurpación”. Esta es la razón por la que el pueblo está en la calle protestando, para recuperar su derecho al voto universal y ejercer nuevamente su soberanía escogiendo por mayoría a nuevos alcaldes, gobernadores y hasta un nuevo presidente que sea capaz de sacar al país de esta crisis inaguantable.
Más de cincuenta jóvenes asesinados en menos de dos meses (a promedio de uno por día de protesta) es el lamentable saldo que hasta ahora ha tenido esta gesta heroica de resistencia cívica contra una tiranía que cambió los votos por las balas para seguir disfrutando de los privilegios del poder que ostentan desde hace ya casi veinte años a costa del bienestar de un pueblo que hoy no consigue ni comida ni medicinas. Esos mártires caídos deben pesarle en la conciencia a todos los que avalaron por acción u omisión la suspensión indefinida de las elecciones en Venezuela y el desconocimiento de la voluntad soberana expresada el pasado 6 de diciembre de 2015. Por eso es que no dudamos en calificar a este nuevo fraude hoy propuesto por los golpistas como la “constituyente de la muerte”, ya que no solo se pretende imponer sobre los huesos de una juventud masacrada, sino que en sí misma significa la muerte definitiva de la democracia y de su regla fundamental que es el voto universal y el poder de decisión de la mayoría.
No en vano hasta el chavismo la rechaza (entre otras cosas porque contradice la constituyente de Chávez) incluyendo nada menos que a la Fiscal General, partidos del Polo Patriótico, varios diputados oficialistas y al menos a un magistrado que han públicamente manifestado su rechazo. No se trata ya de dos bandos en pugna, el dilema en Venezuela es entre democracia y dictadura, entre un pueblo oprimido y una dictadura asesina. Por eso lo que tocaría es aprobar en el seno de la Asamblea Nacional un referéndum para hacer lo que el dictador no quiere, consultarle al pueblo soberano si prefiere la constituyente de la muerte o unas elecciones generales para cambiar el régimen. Qué decida el pueblo.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
José Ignacio Guédez
@chatoguedez