El doctor Pedro Alejandro Useche, director del Servicio Autónomo Oncológico del estado Lara (SAO), denunció que la institución no escapa de las limitaciones para atender a la población y desmintió un supuesto rumor de que solamente se ocupa de los pacientes enviados por el ejecutivo regional y que ellos acaparan los medicamentos que les envían.
Recordó que a pesar de que ellos ofrecen un servicio permanente y constante de quimioterapia y radioterapia, no reciben medicamentos desde hace más de dos años, siendo el único autorizado para ello el Seguro Social. Este lunes, de 18 pacientes que llegaron solo 11 pudieron consignar sus medicinas y atenderse.
Useche aseguró que es ya común que solo se logre tratar el 60% de quienes llegan a atenderse y que para nadie es un secreto que de no recibir el tratamiento adecuado, se acorta la vida del paciente y el cáncer se vuelve mucho más agresivo.
Destacó que el Servicio de Oncología se mantiene permanente y constante, ni siquiera ha acatado el paro médico; lo único que los detiene es la falla de los medicamentos oncológicos.
“Esto es una crisis que tiene dos o tres años desarrollándose. Pasamos más de año y medio sin recibir los medicamentos para los pacientes con melanoma, y los tratamientos hormonales para tratar el cáncer de mama estuvieron suspendidos por más de seis meses. No entendemos si nos acusan para que se haga notar la crisis y se busque la apertura del canal humanitario o es que desean atentar de manera directa el manejo de la institución o la gestión del Gobernador”, expresó Useche.
Igualmente recalcó que solo cuentan con dos máquinas de radioterapia en la institución y hasta el año 2015 el Ministerio de Salud otorgó el mantenimiento preventivo y correctivo de los aceleradores lineales. Sin embargo, de manera abrupta se canceló el convenio con las empresas que se encargaban de reparar los equipos, por lo que la Gobernación debió solicitar un recurso extraordinario para el mantenimiento de los aparatos; no obstante, hasta las clínicas privadas requieren de dólares para adquirir los materiales necesarios para su reparación.
“Acá venimos con la mejor intención para atender a los pacientes con cáncer. Nuestra función va más allá de entregar un tratamiento, somos esa mano en el hombro y queremos darles fuerza para luchar contra la enfermedad. No hemos cancelado ninguna consulta y si hay máquinas dañadas para uno lo hay para todos, no existe la exclusividad en nuestro tratamiento”.
