Confieso, una cosa que me incomoda sobremanera es oír o leer a los ideólogos de partidos políticos exponer sus ideas sociales utilizando versículos del Evangelio. No creen en Dios y tienen el descaro de citar versículos bíblicos. “He aquí, el jornal de los obreros que han segado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado de vosotros, clama; y los clamores de los que habían segado, han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos”. Sant. 5:4 Así, sostienen posiciones ideológicas que solo buscan impactar la mente de los más desposeídos y captarlos para sus filas. Evidentemente sacan del contexto correcto los textos que manipulan. Otro que a menudo utilizan es éste. “No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. El salario del jornalero no ha de quedar contigo toda la noche hasta la mañana”. Lev. 19:13
Ojalá pudieran hacerle un seguimiento a los textos que atrevidamente usan. Se darían cuenta que los mismos son una espada de Damocles sobre ellos. Es decir, el mismo texto que utilizan para condenar a otros y sostener sus posiciones ideológicas, los condena a ellos también. “No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás”. ¿Acaso expropiar, intervenir, tomar, custodiar, que son sus frases y acciones favoritas, no es robar? ¿Es que a quien le hacen eso no es su prójimo? ¡Por favor! Si arguyen, que esto se hace amparado por la ley, Dios y todos sabemos que esta se manipulable también. Pretender, utilizando el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, argüir una justicia social, es hipocresía pura.
Hay mucha diferencia entre justicia social y populismo. El populismo es una justicia social disfrazada. Hablan de igualdad de clases sociales, condenan a quienes llaman explotadores, burgueses y capitalistas. Vociferan contra el imperialismo, pero sus procederes públicos muestran lo contrario. Buscan mostrar su “justicia social” utilizando a Jesús, pero a la vista de todos andan caminando de espaldas a él. “Blindan” sus conciencias dando prebendas al pueblo necesitado, pero se les demuestra enriquecimientos fraudulentos. ¡Eso es malo!
El mandamiento de Dios es claro. Incluso para cristianos. «No hurtarás». Ex. 20: 15 «No hurtarás» fueron palabras escritas por el dedo de Dios sobre las tablas de piedra, ¡y no obstante cuántos ocultos robos se llevan a cabo y se excusan!… Esta prohibición incluye tanto los pecados públicos como los privados. El octavo mandamiento condena el robo, el hurto. Exige estricta integridad en los más mínimos pormenores de los asuntos de la vida. Prohíbe la excesiva ganancia en el comercio, y requiere el pago de las deudas y de salarios justos. Implica que toda tentativa de sacar provecho de la ignorancia, la debilidad, o desgracia de los demás, se anota como un fraude en los registros del cielo”. Libro Patriarcas y Profetas. Elena de White Pag. 317. ¿Cómo les parece?
El Señor hace una advertencia muy severa para los manipuladores de la Palabra que se burlan de Dios y tácitamente blasfeman contra el Espíritu Santo. “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado á los hombres: mas la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. Y cualquiera que hablare contra el Hijo del hombre, le será perdonado: mas cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero”. Mat. 12:31,32 Esto entonces, tristemente, los convierte en reos de muerte eterna. ¡Para reflexionar! “Hasta el martes Dios mediante. Próximo artículo “Acuerdo vinculante”.
William Amaro Gutiérrez
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