El hecho de que durante dos meses o más una familia no cuente con gas doméstico, indispensable para la elaboración de los alimentos, es motivo suficiente para desesperarse.
Precisamente esa es la situación que han estado viviendo los numerosos grupos familiares de sectores como El Tostao, Villa Jesús, El Olivo, Bolívar, Jacinto Lara, 19 de Abril, Santa Rosalía o La Concordia, entre otros, quienes la mañana de este lunes, cansados de engaños por parte de los encargados de la distribución del gas doméstico en Barquisimeto, protestaron cerrando la intercomunal Florencio Jiménez desde las 5 de la mañana hasta el mediodía.
La mayoría participó en la protesta con las bombonas vacías, enfatizando en todo momento que se trataba de una acción pacífica.
Norelis Alvarado, una de las amas de casa presentes, explicó que después de muchos días de espera, el sábado protestaron en el mismo sitio y les enviaron un camión, pero con insuficiente cantidad de cilindros para abastecerlos as todos.
Se calcula en 1.500 la cantidad de familias que en todas las comunidades de ese sector de la parroquia Juan de Villegas dependen del gas doméstico para sus cocinas.
“Nos dijeron que hoy lunes, a las seis de la mañana, vendría otro camión con el resto, pero son las diez de la mañana y no llega nada y por eso tenemos que protestar para que nos hagan caso”, agregó.
Otra de las mujeres presentes expresó en voz alta: “Nosotras no somos ni queremos guarimberos, lo que queremos es gas para hacer la comida”.
Explicaron que están perdiendo días en sus trabajos esperando el camión y que los niños no están yendo a clases porque las madres no tienen como prepararles los alimentos.
Alvarado también refirió que hasta hace algunos meses recibían los camiones distribuidores del gas con regularidad, “pero hace como dos meses se echó a perder y no nos mandan nada y ya nos cansamos de esperar”.
Al lugar se presentaron funcionarios de la Policía Estadal que trataron de convencerlos de retirarse de la avenida para restablecer la circulación automotor, pero sus diálogos resultaron infructuosos por la disposición de la mayoría de mantener el cierre hasta ver resuelto su problema.
“De aquí no nos movemos hasta que venga el camión con suficientes bombonas para todos”, aclaró Rosaura Bonilla, otra ama de casa.
Poco antes de las 12 hubo alegría en el grupo cuando a lo lejos vieron un camión con el emblema de PDVSA gas.
Una vez que comenzó la venta de los cilindros, el tránsito empezó a moverse en ambos sentidos, aunque lentamente los primeros minutos.