“Ni en 2014 se vio esto”, comentó un habitante del sector Cruz Blanca mientras atravesaba, ayer, las barricadas compuestas por palos, desechos y un portón de garaje sostenido con alambres. Así, inusitadamente, los vecinos tanto de Cruz Blanca, como de 23 de Enero y Nueva Segovia, al este de Barquisimeto, cerraron las calles y mantuvieron su postura frente a aquellos conductores que intentaban sobornarlos con dinero para poder transitar. Allí, la protesta transcurrió con serenidad hasta las 09 de la noche, cuando llegó la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) a aplicar la fuerza militar.
Más habituados a salir a la calle para expresar su descontento están los residentes de Bararida. Sobre las 4.00 de la tarde, varias personas acompañaban a los jóvenes en la avenida Libertador. “Ya no tenemos miedo de nada. Aquí nos ayudamos unos con otros”, soltó con franca firmeza una vecina de Bararida Nueva. “Estamos a punto de ser gochos”, se auto describió. Protestan a diario y lo repetirán “el tiempo que se necesario”, sostuvo.
Contrario a cansarse con el tiempo han ideado nuevas maneras de expresar el descontento contra el Gobierno nacional. Como ejemplo de esa evolución citó haber tapizado la emblemática estructura de La Botella con mensajes hacia los militares y de amor por Venezuela. También, desde los primeros días de mayo, por ser el mes de la Virgen, rezan el rosario cada tarde. Eso, dijo una abuela, involucra a los habitantes de la tercera edad, pues esa es su manera de “desahogarse”.
En la avenida Hermann Garmendia, como ha ocurrido de manera ininterrumpida se mantuvo bloqueado el paso, este lunes. Esta vez, los encapuchados obligaron a detener la marcha, momentáneamente, al conductor de un camión cargado con arena y piedras. Descargaron una porción y, minutos después, lo dejaron ir sin causarle daños.
Por los cauchos encendidos frente a un reconocido centro comercial, la gerencia de este decidió desalojarlo y bajaron las santamarías antes de las 05 de la tarde.
Golpean a castrenses en La Sucre
En la urbanización Antonio José de Sucre o La Sucre, como se le conoce popularmente, el choque manifestantes-militares tuvo acento mayor, después de las 04.00 de la tarde de este lunes. Un contingente formado por numerosos funcionarios de la GNB y seis tanquetas se estacionaron frente a los edificios, en la avenida Libertador, para obligar a los muchachos a abandonar las barricadas. Los refuerzos los enviaron luego de que los manifestantes retuvieron a cuatro uniformados y después de dejarlos semidesnudos los golpearon. Los funcionarios fueron atendidos primero en la emergencia del Seguro Social Rafael Vicente Andrade de Barrio Unión y, luego, dos fueron remitidos al Hospital Militar José Ángel Álamo porque las lesiones eran severas. Uno tenía fracturas y otro, contusiones y desprendimiento de la piel en el pómulo.
Al mismo centro de salud llegó, anoche, un joven comerciante con la espalda perforada por perdigones. Estaba acompañado de su madre. Ella narró a EL IMPULSO la forma como sucedió: regresaba del trabajo en moto cuando unos treinta castrenses pasaban por la entrada del sector San José, uno se detuvo y a quemarropa le disparó, después de gritarle improperios.
Entre los que sí participaban en la manifestación en La Sucre había por lo menos dos heridos leves de perdigón y otro par, presuntamente, con heridas de bala y metra en la pierna.
Con la oscuridad de la noche, se intensificaron los enfrentamientos.
Extraoficialmente, se conoció la irrupción de supuestos colectivos en el Ipasme.
Saqueo en Palavecino
Entre los acontecimientos de ayer por la tarde, en el municipio Palavecino, figuró el saqueo y daños en la estructura del Mercal situado en la urbanización Las Mercedes, Cabudare. Conforme a datos de una minuta policial, una vocera de la UBCH de esa jurisdicción notificó sobre el ataque contra la institución estatal, protagonizado, según la informante, por personas que manifestaban en esa zona. La subdelegación San Juan del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) investiga el caso.