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– ¿De qué va todo esto?
-Estamos completamente convencidos que acá las cosas no se tratan de lo que quiera un sector o no, ni de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en contra del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ni de Nicolás Maduro en contra de Capriles, Leopoldo o Ramos Allup, el punto es el siguiente: entender que es una inmensa mayoría de venezolanos que se encuentran adversando a un Gobierno que está haciendo cualquier cosa por mantenerse a toda costa en el poder.
Así lo aseguró Javier Contreras, especialista en politología y coordinador nacional en el área de formación del Centro Gumilla (fundación que presta sus espacios para promover el servicio y la transformación de Venezuela).
La tesitura que vive el país demanda que se pueda tener un pensamiento amplio y este es un momento donde no existe el llamado a la sustitución de personas ni de organismos, sino a la superación, “para poder sobreponerse a los modelos que tanto daño nos han hecho, históricamente tenemos que ser capaces de producir alternativas y hoy, esta es una de las banderas que porta cada ciudadano comprometido a que se puedan dar cambios, encuentros y diálogos para que brote la nueva sociedad que tanto necesitamos”.
La realidad necesita otra realidad
Buscar opciones a un proyecto político que por su implementación parece haber tocado fondo, al conflicto, ya que éste ha guiado la manera de dirimir o resolver los asuntos y buscar tener una población inclusiva donde de verdad puedan caber “todos”.
– ¿Qué podemos hacer como músculo ciudadano?
– Primero, es importante que vayamos entrenándonos como comunidad, como movimiento social que aspira una mejora. Ante este contexto de la represión, el uso de las fuerzas, la instrumentalización de los poderes públicos, entiéndase el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) funcionando como un apéndice más del Gobierno nacional (tema delicado por cierto), nosotros tenemos que alzar nuestra voz, gritar “YA BASTA”, pero no con la frase hecha del dramatismo de que “nos están matando” porque lamentablemente los muertos no son solamente en este mes de protestas, tenemos cuatro de las ciudades más peligrosas en América Latina. En el caso de la violencia política tenemos que saber que es parte del temor de un Gobierno que sabe que no tiene otra solución más que dialogar y se está negando, aunque hace llamados al diálogo pero estos son completamente irreales. Ahora se le ocurre “la brillante idea” de proponer una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) como herramienta para construir “la paz”. Esto no sólo es una mentira sino que políticamente es insostenible, no se condice con la verdad, los problemas del país no se van a solucionar con ella y como medida está encaminada a suspender cualquier acto electoral.
Contreras ratificó que este planteamiento es para sustituir las elecciones por unas de segundo grado porque no toman en cuenta que un ciudadano sea igual a un voto, es una especie de dilación mientras el Gobierno se encuentra analizando qué otras decisiones podría tomar frente a las necesidades del país.
“Les interesa ganar tiempo pero también les interesa establecer su proyecto, necesitan este instrumento porque al ser originario tiene la capacidad de transformar las bases del Estado y de la convivencia republicana y al hacer esto fácilmente pueden prescindir de otros poderes, ya lo hacen de facto ahora lo quieren hacer ‘legalizado’, pretenden atornillarse al poder de una manera que todas las herramientas estén hechas a su medida”, dijo.
Dualidad abusiva
La dualidad entre lo justo y lo legal es algo que quizá gran parte del país aún no lo entiende o no lo ha logrado ver. Un ejemplo de ello, según Contreras, es el tema de la validación de los partidos porque era algo completamente legal “en tanto y en cuanto hay un articulado constitucional que a su vez está expresado en la Ley electoral y habla de la legalidad de volver a validarse cada cierto tiempo. Ahora ¿qué es lo injusto? bueno, como la ley tiene vacíos y dejó a la discrecionalidad de quien lo propone, Gobierno y Consejo Nacional Electoral (CNE), lapsos, formas, tiempos; evidentemente es abusivo porque la intención no era hacer las cosas bien sino entorpecer otros procesos”.
En esta Venezuela no se ha perdido la capacidad de asombro pero no se cree que puedan informar que los partidos de oposición no validaron y menos ante la manifestación pública, notoria y comunicacional que hubo de gente participando en esos procesos “resultaría indigno por insultante a las voluntades”.
La coyuntura en la que se encuentra esta nación ha hecho que incluso los sectores opositores hayan dejado a un lado este tema.
– ¿Puede el país durar tanto tiempo en esta situación?
– Se están olvidando cosas, se están dejando de hacer cosas, yo particularmente reivindico el derecho de la protesta y las causas que las motivan. Me gustaría que hagamos una reflexión como sociedad de cuánto podemos aguantar y cuán válido es que mi argumento de derecho a protestar termine entorpeciendo las dinámicas propias de la sociedad. Se ha perdido la cotidianidad y no es solo por estas manifestaciones, no existe porque los mecanismos de control establecidos han llevado a tener cambios, a perder un día para hacer colas por alimentos, nos estamos auto secuestrando por inseguridad, miedo y otras razones, es necesario cambiar esto por el bien común.
Cada uno de los ciudadanos tiene un reto en este momento, seguir luchando por defender la democracia y además ser constructores de un nuevo escenario desde lo político y más importante aún, lo social, teniendo en cuenta que esto no pasa por impedir cada vez más el libre ejercicio de una serie de derechos que están garantizados, -las actuaciones del oficialismo son muy arbitrarias-.
Difícil atinar a un escenario
-Suelo usar la imagen de la bola de cristal y digo que lamentablemente se me rompió.
El especialista aceptó que en este momento es complicado descifrar algún escenario posible. Lo que sí cree es que pensando en temas de gobernabilidad (en el sentido más rudo del término) tendrá dos protagonistas, uno de ellos, los militares.
“Para mayor o menor aceptación de la gente, ellos van a ser, no digo que protagonistas entendiendo que no van a ser los actores principales, pero sí van a estar porque definitivamente no podemos pensar en una transición política sin este componente. Actualmente estoy en contra del peso militar que ha tenido esta administración y por tanto eso me preocupa, pero formarán parte de algún cambio y es algo completamente inevitable. La historia venezolana nos demuestra que este sector ha sido siempre participante en las escenas de transformación de este país, lo que sí es importante es encontrar cómo delimitar claramente sus funciones.
Aunque muchos no vean esto posible, tampoco deben tener la “fantasía” sobre amanecer con una democracia donde no exista esta figura, es sumamente necesario rescatar la armonía cívico-militar.
Contreras refirió a que aún existen muchos uniformados de los diferentes cuerpos de seguridad que son honestos y no están de acuerdo con lo que está sucediendo “es lógico que sea así porque ellos sufren las mismas condiciones que está sufriendo el resto de la población”. Ahora bien, destacó, muchos tienen un valor y una dignidad que no se ha perdido y el ser parte de una de las instituciones que hoy día está más desprestigiada no debe nublar la necesidad de su existencia. Esto debe ser aplicado a toda la institucionalidad en general.
Crisis institucional
Este es un trabajo que se debe hacer, enfatizó el politólogo, poder recobrar la confianza en las diferentes instituciones que tiene el país, pero para esto se requiere de un proceso de larga duración que es completamente indispensable.
Expresó que es bueno tener claro cuando las personas se refieren a una esperanza basada en que los militares dejen de obedecer al Gobierno y hagan lo que tienen que hacer.
-La pregunta es ¿qué tienen que hacer? si la respuesta es cumplir la ley apegados a la Constitución y garantizar que se respeten los derechos, entonces adelante. Pero si por el contrario, creen que es dar un golpe de estado, entonces no estoy de acuerdo, no solo porque no creo en esto, lo considero algo estúpido aquí y en cualquier lugar del mundo y esto sería un retroceso, además de una deshonestidad intelectual porque si criticamos hoy el peso que tiene la FANB cómo vamos a querer que tomen esas acciones, esto viene a ser algo incongruente.
El llamado entonces es que se limiten a cumplir sus obligaciones siendo un factor de seguridad real para toda la población venezolana.
Los cambios deben ser completos, por eso deben ir de la mano de un trabajo de superación; es importante cambiar las mentalidades y poder evaluar cómo concebirse políticamente sin caer en la tentación de buscar ser salvados por un ente, persona u organismo.
Diálogo y negociación
Es de considerar que la otra solución “no se ve tan clara o no se acepta” ya que esta, conforme a lo que dice el experto, pasa por la negociación y el diálogo.
Se van a imponer las conversaciones entre las partes, y dijo sentir cierta tristeza porque aún las personas no terminan de contemplarlo.
-Va a ser como la realidad que se impone a la fuerza y hay que estar convencidos que sería una imposición objetiva.
– Lo criticamos (el diálogo) por los últimos episodios que hemos tenido respecto a cómo se dio pero esto no puede invalidar la noción del mismo como instrumento. Lo vamos a tener que hacer ahora o después, pero es algo que va a pasar en algún momento si queremos que el país sea viable y gobernable, y en este contexto los militares vuelven a estar incluidos como un componente más de la sociedad ya que han sido parte de la profundización del problema en estos días y los han tenido como cara visible y criticable. Entonces para superarlo es ineludible hablar con ese integrante para que eso no vuelva a suceder, luego se establece lo referente a la justicia e impunidad que es otro tema que debe ser tratado.
Justicia, impunidad y calle
Si se confunde justicia con venganza es probable que nunca se esté satisfecho con lo que suceda. En cuanto al tema de la impunidad, es de puntualizar que es algo que puede causar dolor, “porque forma parte de los daños de este Gobierno y el daño antropológico que nos han hecho”, pero nadie garantiza que de darse negociaciones entre las partes no queden hechos impunes.
-El desarrollo de esta a veces supone bajar nuestras pretensiones y aunque muchos estén esperando que esto cambie para encontrarse a un funcionario “x” afecto al oficialismo y gritarle hasta la última verdad o golpearlo y demás, esto es algo que ya está pasando y es alarmante porque eso no construye país.
Se debe dar espacio a la posibilidad y no sólo enfocarse en la necesidad, filosóficamente esta última es lo que no puede ser de otra manera pero no es suficiente “es necesario que yo respire, pero para no morirme tengo que comer y hacer otras cosas”.
Tomando en cuenta que para muchos “es necesario salir de Maduro”, no es lo único que requerimos.
Una de las cosas que se debe hacer a futuro, y esta es una alarma para los actores políticos, es fortalecer los partidos porque ellos son piezas claves para el juego democrático y hoy no se cuenta con ellos individualmente, lo que existen son alianzas como el PSUV y la MUD “que son poco democráticos a la hora de ejercer su labor porque la incidencia no se escucha dentro de ellos”.
La calle, parte de la estrategia
-No creo que las acciones de calle sean la única salida, lo que sí es que es parte de todas las tácticas implementadas. Pero algo considerable, debemos llenarla de contenido, no puede ser fin y meta en sí mismo porque te genera desgaste, desconexión de los intereses de las personas con los de las dirigencias partidistas.
Contreras evaluó la actuación de la MUD positivamente, ejemplificando las estrategias de movilización que tienen un periodo de convocatoria, de ejecución y de finalización “está claro que no van a tumbar al Gobierno con una marcha pero muchos no lo entienden así y se está volviendo a imponer la noción del ‘ahora o nunca’ y esto nos ha lastimado mucho, a nosotros y al país”.
Al referirse a quienes salen a manifestar “por su cuenta” recordó que se exponen a las represiones que no les están llevando a nada, haciendo la pregunta sobre ¿las personas tienen claro lo que quieren en realidad?
-Manifestar, tirar piedras, cerrar vías, ¿qué haces con eso? esa es mi pregunta, yo sé que tienen sus motivos pero quizá no sepan lo que pretenden con sus acciones, si debemos seguir abogando por elecciones, reclamando nuestros derechos, exigiendo el respeto a la democracia pero sin hacer a un lado que estamos en medio de un estado totalitario que no improvisa y que se está jugando sus cartas para mantenerse arraigado en el poder a costa de lo que se pueda interponer.