Nací en Venezuela, en la ciudad mas bella y elegante de América, conocida como la sucursal del cielo, Caracas, pero siguiendo el llamado de una parte de mis raíces larenses, la caroreña, ciudad culta históricamente importante y creadora de la raza Carora, y de Río Tocuyo, donde sus indios hicieron las mejores copias de las obras europeas, como también descendiente del imperio fenicio del Líbano, quienes llamaron a un continente Europa, en honor a una princesa del Líbano.
Al graduarme de abogado me vine a la bella ciudad de los crepúsculos, Barquisimeto, donde la gente es fundamentalmente solidaria, amigable, la cual llevo dentro de mi corazón como propia y donde eché raíces, caminando desde joven sus calles y ahora marchando en ellas como un ciudadano mas, en medio de tantas dificultades, el pasado 19 de abril, junto a una multitud de ciudadanos de diversas edades, que jamás había visto, solo comparable con la procesión de la santísima virgen de la Divina Pastora de Almas, deseando en lo mas profundo de mi corazón, ver brillar en el mundo a esta ciudad de Barquisimeto como la ciudad del futuro.
Hace mucho tiempo, extranjeros de todo el mundo llegaron a Venezuela buscando su futuro, como un día así lo hizo mi padre (qepd) y hoy nuestros hijos se van por millones, buscando horizontes en otras partes del planeta, jamás creí ver lo que estamos viviendo, ante la presencia y luz de nuestras universidades en la defensa de su autonomía y la de sus miles de estudiantes, contrariando al factor político que el gobierno fomentó, cuando un adversario político es considerado ahora un enemigo.
Estamos como ciudadanos activos en la defensa múltiples de derechos pisoteados, entre los cuales está el de la libertad personal y el de la expresión, ambos muy importante para el ejercicio de la democracia, porque todos tenemos múltiples derechos entrelazados entre sí, vinculados a la defensa de otros derechos humanos, que en estas últimas horas han sido vulnerados por venezolanos que apoyan al gobierno para mantenerse en el poder, olvidado que es el ciudadano el receptor de todos esos derechos, ahora víctimas de torturas, simplemente por pensar diferente, violando toda la normativa propia e internacional, que se encuentra en la Constitución y en las leyes, que prohíbe que las personas sean sometidas a torturas físicas y sicológicas, la cual ha afectado a muchos jóvenes, que son el futuro del planeta, siguiendo el ímpetu de su misma condición y quienes han salido e protestar.
Se atenta contra el ejercicio de la libertad personal, derecho que el Estado debe proteger y garantizar. Otro derecho es el hecho comunicacional como derecho humano fundamental, referido a la libertad de expresión e información: los comunicadores sociales tienen su obligación de informar con veracidad al compás de los acontecimientos dentro de un país que subsiste en un ambiente tan convulsionado.
Va mi saludo y mi respeto a toda a la ciudadanía activa que ante marchas pacíficas se han movilizado en todo el territorio nacional, jóvenes y aquellos de la llamada juventud prolongada, unidos caminamos en tan gigantesca marcha pacífica, ciudadana, llena de esperanza para cambiar el rumbo del país, pidiendo se nos permita nuevamente y por medio del voto, expresar también ese sagrado derecho humano, el de votar, ante el cual existe un afincado y preocupante silencio, que mantiene en vilo a toda la ciudadanía, en medio de tanto malestar general que está presente en todo el país, por el hambre, la pobreza, la inseguridad, la impunidad por citar algunos.
Un reconocimiento especial me merece la asociación civil Funpaz, que es nuestra hija jurídica, la cual es defensora de los Derechos Humanos en unión de un variado grupo de colegas abogados que atienden a los detenidos, producto de las protestas en Barquisimeto así como también, una vez mas va mi reconocimiento para el diario EL IMPULSO, que pese a los obstáculos por los que ha pasado, se mantiene firme y combativo, defendiendo ante todo el derecho de informar a toda la ciudadanía, los diversos hechos que ocurren en todo el país, pero unidos siempre en la esperanza por vislumbrar y lograr un mejor mañana donde sea posible volver a convivir en paz, con el respeto que merecemos todos como ciudadanos activos dentro de un hermoso país que se llama Venezuela.
