Son siete años de vivencias, emociones, servicios, dar y “recibir más de lo que han imaginado”, en el movimiento llamado “Servicio a la comunidad” que comenzó en la Iglesia cristiana que para ese momento tenía por nombre Las Buenas Nuevas del Este (LBNE) y que ahora es conocida como Global Barquisimeto. Se formó con el objetivo de mostrar el amor de Dios a través de actos de servicio en diferentes lugares donde la necesidad está a la orden del día.
La iniciativa funciona en alianza con el Servicio de Atención Integral a la Niña, Niño y Adolescente (SAINA) donde se encuentran adscritos lugares como el Fortunato Orellana (Casa abrigo para rescatar el brillo de pequeños y jóvenes en riesgo), retén de El Manzano (tienen a menores varones privados de libertad) y el Saina Barquisimeto (menores privadas de libertad, en este caso hembras), además de Berea Internacional (alberga niños en situación de abandono); las comunidades de Shekina (Duaca), Papelón (Cabudare) y el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (HCUAMP). En todos estos lugares son muchas las personas que reciben algún tipo de ayuda por quienes de corazón hacen una labor especial con el único anhelo de llevar un mensaje esperanzador.
Planificación y acción
El respaldo para llevar a cabo todo esto “además de Dios” es la organización, cada uno de los destinos mencionados tiene una cabeza que funge como coordinador, este se encarga de contabilizar y hacer el llamado a los voluntarios, seleccionar el día, preparar las actividades a realizar, solicitar el apoyo en logística y en cuanto a lo que se llevará, desde alimentos, productos de aseo personal, juguetes, ropa, zapatos, y todo aquello que consideren útil, con el cuidado por supuesto que requiera la entrega de estas cosas.
La labor comprende jornadas de sopas, compartir un refrigerio, apoyo en áreas sociales; y aunque la situación económica que viven los venezolanos pueda ser un factor de tranca, hacen énfasis en recordar a quién le están sirviendo, aclarando que esto va mucho más allá porque se trata de un tema de fe (…)
Indira de Martínez se encarga específicamente de las visitas al Fortunato junto a su esposo e hijos, ha logrado involucrarse completamente en estas acciones siguiendo “un legado”, aseguró que no hay nada que pueda detener la buena obra que ya han comenzado.
-Una de las frases que más he escuchado de cada voluntario es “yo pensé que venía a dar pero fue todo lo contrario, he recibido mucho más”, los que alguna vez forman parte de esto se van retados, desafiados, agradecidos y en contentamiento, además reflexionan sobre lo bendecidos que son porque han podido experimentar muy de cerca las verdaderas carencias de otros.
Comentó que a veces los colaboradores le han expresado que prefieren aportar algo en vez de asistir a estos lugares, pero que cuando se atreven y dan ese paso se quedan completamente enganchados porque “los mueve muchísimo” y luego no quieren dejar de asistir.
Unión familiar
Martínez comenzó haciendo esto sola, es decir, su esposo e hijos no formaban parte de estas actividades, sin embargo expresóque cuando estás realmente en el camino correcto todo lo demás viene por añadidura.
“Hoy día mi familia entera se goza cada sábado que podemos visitar estos centros, mi esposo se emociona, he visto como el dar se ha convertido en parte de lo que hace, mi hija especial con síndrome de Down dice que cuando va a esos lugares es como otra iglesia, es feliz participando en esto y mi hijo de 22 años ha vivido cosas que definitivamente cambiaron su vida, hoy en día ha comenzado un proyecto que se llama ‘Jóvenes con propósito’ y me apoya en todo lo que hacemos”, contó.
Además, afirmó que tener este tipo de acciones y formar parte de iniciativas como estas es un puente seguro para fortalecer las relaciones familiares, de amistad, y lo más importante, los corazones.
Enfocarse en los de afuera
-Sabemos que hay miles de corazones dispuestos y que aunque no sean parte de una iglesia tienen intenciones de ser parte de algo más grande que ellos mismos, nuestro trabajo entonces no solo está enfocado en quienes se encuentran en estos lugares, sino en quienes nos acompañan ya que de alguna manera se quedan conectados y es allí donde comienza a crecer esa semilla que allí se ha plantado, dijo.
Para ellos servir es demostrar que hay muchas personas buenas, dar sin esperar nada a cambio, amar a quienes creen que no pueden ser amados, entregarse por completo y ser completamente intencionales.
Oportunidades de servir
El llamado no es solamente para asistir a estos lugares, el mensaje es para que sepan que desde donde estén pueden servir a otros “en estos momentos tan difíciles para el país y para los venezolanos donde abundan rostros necesitados de amor, de atenciones, de ayuda. Podemos hacer la diferencia en cualquier parte, con un simple detalle, una sonrisa, una mano amiga, un pedazo de pan, un abrazo y más (…) todo depende de nosotros mismos”, afirmaron integrantes del programa.
Gracias a las alianzas y a todo el trabajo que han realizado hasta ahora ya cuentan cada mes con un cronograma que les permite planificarse mejor en cuanto a todo lo que implica organizar estas visitas y atenciones.
– Los cuatro sábados de cada mes se presentan en el hospital.
– Un sábado al mes están en el Saina Barquisimeto
– Los jueves en el retén de El Manzano
– Un sábado de cada mes en Berea Internacional
– Una vez al mes realizan actividades en las comunidades mencionadas.
¿Cómo ayudar?
Las personas pueden colaborar de distintas maneras, desde la entrega de insumos, alimentos, ropa y calzado usados pero en buenas condiciones, artículos de uso personal, ropa íntima, juguetes, útiles escolares, entre otras cosas; todo esto lo pueden hacer llegar al centro de acopio que tienen todos los domingos en el lobby de la iglesia que se ubica en el Centro Comercial Arena Plaza, en el segundo nivel.
Si desean ser parte de estas visitas pueden comunicarse con quienes se encargan de la coordinación de las mismas y ubicarlos a través de las redes sociales, @indimarchan, @jovenesconpropósito y @servicioalacomunidad.
-En este tiempo de desesperanza que vive el país es momento de mostrar que somos distintos al resto, ofrecer ayuda, ser empáticos y estar siempre dispuestos, recordando que servir es una oportunidad única y valiosa para dar a conocer a otros el amor de Dios que no espera nada a cambio.