Padre e hijo salieron a vengar el asesinato de El Tatú, la tarde de este jueves, y le causaron la muerte a un joven aparentemente inocente, hirieron a dos personas más y produjeron pánico en habitantes del oeste Barquisimeto, quienes terminaron atrapados en un tiroteo que se suscitó en una persecución policial y finalizó con la aprehensión de los antisociales.
La víctima fatal se llamaba Anderson José Sánchez Quintero, tenía 29 años de edad y trabajaba como mecánico en una empresa de transporte privado.
Sus familiares creen que estaba en el momento y sitio equivocado, puesto que, según contaron, recibió un disparo –en el tórax con lesión en el esternón- cuando un antisocial de 67 años de edad pretendía ultimar al dueño de una licorería ubicada en la calle 1 entre 7 y 8 de Brisas del Obelisco, quien supuestamente estaría involucrado en un homicidio.
Reparaba una camioneta
Allegados al occiso contaron a EL IMPULSO que Sánchez Quintero pasó el día arreglando una Toyota Hilux, junto a otro compañero de trabajo, llamado Alfredo Durán. En horas de la tarde solo les hacía falta una manguera del aire acondicionado y habrían salido en busca de ella.
En el camino los hombres hicieron una parada frente a una licorería a la que solían ir. Allí estaban conversando con el encargado del local y el dueño que habría salido a saludarlos, puesto que eran clientes recurrentes.
Según la versión de testigos del suceso, como a las 6:00 p.m., un anciano caminó de manera intempestiva hacia el frente de la licorería –donde charlaban los cuatro individuos-, sacó un arma de su pantalón -una Glock 9 mm- y empezó a disparar indiscriminadamente sin mediar palabra. Después corrió hacia un automóvil -marca Lada y de color negro- que estaba esperándolo para huir.
Anderson José intentó resguardarse en el cajón trasero de la Hilux, pero fue herido y perdió mucha sangre. Lo llevaron al Hospital del Seguro Social Pastor Oropeza, pero falleció como a las 10:12 p.m.; mientras que su compañero fue alcanzado por un proyectil que atravesó su muslo derecho sin causar mayores daños.
El tercer herido fue Julio Ocanto, dueño del expendio de licores, quien recibió cuatro balazos y se encuentra delicado de salud en un centro asistencial privado.
“Él no tenía nada que ver con eso. Pagó el más tonto. Era un muchacho súper sano, tranquilo y trabajador”, declararon familiares de Sánchez Quintero.
Iban por Julito tras asesinato de El Tatú
Fuentes policiales indicaron que el autor material del crimen estaba tras la pista de Julio Ocanto, a quien conocen por la zona como Julito.
Julito, según creen, habría estado involucrado en el homicidio de Alexis Antonio Andrade Escalona, alias El Tatú, quien recibió múltiples disparos cuando participaba en el velorio de un compañero, la noche del 28 de abril, dentro de una funeraria ubicada en la avenida La Salle de la capital larense.
El Tatú estaba solicitado por estar involucrado en cinco crímenes. Además, presenta antecedentes por robo y otros delitos del año 2003.
Los persiguen y atrapan
Como Hernán Francisco Andrade (67) y Francisco Javier Andrade Escalona (30), fueron identificados los antisociales que perpetraron el ataque. Estos son padre y hermano de El Tatú.
Las balas se apoderaron de la avenida La Salle y la avenida Fuerzas Armadas, mientras una patrulla intentaba alcanzar a los Andrade.
Los criminales resultaron atrapados por funcionarios de la Policía del estado Lara (Polilara), tras una trepidante persecución que culminó en la calle 2 con carrera 8 de Pueblo Nuevo, en donde los criminales se habrían quedado sin municiones.
Tras la partida de Anderson José queda huérfana una niña de seis años de edad, quien había perdido a su madre accidentalmente hace unos meses. Era el penúltimo de cinco hermanos.
La víctima fatal residía en la calle 33 entre 15 y 16. Tenía pasaje para irse a Colombia este domingo a trabajar.