La imagenología es muy conocida como disciplina en el ámbito de las Ciencias de la Salud por la relevancia que tiene en el diagnóstico del cuerpo humano y los esfuerzos dedicados al combate por la preservación de la vida. De suyo, en el campo de las Ciencias Sociales, en general, encuentra otras aplicaciones, como en el caso del marketing de un producto o servicio, hasta desarrollos recientes en la Ciencia Política, incluyendo la venta de un candidato o de una idea.
En un mundo globalizado como el de hoy las zonas de paz son mayores que las de conflicto bélico. Pero el bombardeo con todo tipo de armas, incluyendo las imágenes para justificar la represión y la violencia, superan en gran medida los esfuerzos por construir una Cultura de la Paz, como lo proclama la ONU y la Unesco. La confrontación política culmina siempre con una negociación que resulta tardía. El tiempo de la muerte es imperfecto.
Impresionante, las imágenes acerca de la represión que circulan por las redes de información. Lo que muestran es aterrador. Pero no menos terrorífico, son aquellas relacionadas con la violencia. Ambas son las dos caras de una misma moneda: la destrucción. En la refriega política que los líderes encausan por esa vía porque son incapaces de manejarse por la senda del diálogo, es responsabilidad compartida los daños y el número de muertos que se acarrean. Aquellos pueden repararse, materialmente hablando, pero no hay “mea culpa” ni declaración pública, ni condolencia, ni pésame personal que supere el dolor de perder a un ser querido. Se exalta el heroísmo y se banaliza la muerte.
Las imágenes no discriminan. Se exhiben a favor y en contra. La contabilidad es macabra. La clasificación es perversa. Manifestantes o no. Civiles y militares. Estudiantes y trabajadores. Jóvenes y viejos. Suerte de morbo político que alienta a continuar la fatídica zafra. Las fotos son como trofeos que sin rubor cualquiera impúdicamente muestra al final de cada refriega, de cada batalla, llamando a continuar la lucha, a persistir en la resistencia. Arrancados al enemigo, son exaltados a la condición de héroes en el espacio de la memoria frágil de la dirigencia y la masa que los condujo a la sepultura. La familia resguarda del olvido.
En las circunstancias actuales, cuando la religión y la fe se entrelazan con mayor fuerza, bordeando los límites del fanatismo y del fundamentalismo, es recomendable tener presente que uno de los 10 mandamientos del consultor político, en ese que usted confía a ciegas y en el que usted se ha convertido gracias a las redes sociales, reza así: “No evangelices a favor de una sola causa, analiza los pro y los contra de los cursos de acción, de tal manera que puedas aportar una visión equilibrada para ayudar a que los líderes decidan”.
La efervescencia de la subjetividad puede estar mediada por los contenidos de una propaganda subliminal que impulsa la violencia. La imagenología política, como en el caso de la medicina, puede ser de utilidad para detectar el mal y contrarrestar los riesgos y las consecuencias de creerle a quienes apuestan por la muerte y niegan a ultranza las posibilidades de un acuerdo por la vida y la Paz.