Sectores económicos del país se han sumado al llamado de la sociedad civil por la recuperación del hilo democrático y en rechazo a la Asamblea Nacional Constituyente. Piden que se propicien las condiciones necesarias para impulsar la producción nacional.
Entre llamados y propuestas, grupos de la sociedad han planteado la convocatoria a paro nacional. Sin embargo, gremios y cúpulas han referido que contrario a esta idea, la solución radica en la reactivación productiva.
Acerca de este planteamiento y sus posibles efectos en la economía venezolana, fue consultado Luis Oliveros, economista y docente de la Universidad Central de Venezuela (UCV), quien rechazó las medidas radicales, puesto que la nación ya se encuentra bastante deteriorada. En tres años el Producto Interno Bruto (PIB) ha caído 25 % y las empresas laboran a menos del 40 % de su capacidad operativa instalada.
-La agudización de estas cifras no asegura un cambio de modelo o salida del Gobierno. Por el contrario serían excusas para que los gobernantes achaquen la actual crisis a sectores privados. Sería darles recursos para afianzar su tesis “guerra económica”.
Propuestas simpáticas
Medidas de este tipo representarían un altísimo costo social para la sociedad. Sin embargo, Oliveros calificó como “interesante y simpática”, la posición que han adoptado los sectores económicos al respecto.
Hizo referencia a las convocatorias realizadas por gremios empresariales, comerciales, agrícolas y ganaderos. No obstante, recordó que estos sectores exigen también rentabilidad de sus actividades.
-Obviamente no pueden seguir perdiendo o vendiendo a costo, como lo hicieron algunos ganaderos durante el llamado a Plantón en todo el país… Los gremios deben mantener sus exigencias y seguir hablándole a la sociedad sobre las condiciones actuales.
Criticó que el Gobierno se empeñe en controlar la actividad económica, distinto a como ocurre en países desarrollados del mundo, donde el Ejecutivo se encarga de cobrar impuestos y brindar garantías de seguridad, salud, educación y otros.
Sobre si el conflicto social y político actual ha acelerado aún más el índice inflacionario, que según la Asamblea Nacional fue del 92,8 % acumulado en los primeros cuatro meses del año, el economista recordó que el primer trimestre de 2017 resultó complejo en múltiples sentidos y abril, mes de protestas, fue de una importante desaceleración de la economía, lo que de igual manera aumenta los niveles de incertidumbre.
Al no haber actitud de rectificación, Oliveros no niega que el presente pueda ser el cuarto año de caída consecutiva del PIB.