Un cielo azul en degrade de sus tonos, acompañado de una brisa suave y refrescante, conviértela cocina en un espacio el cual permite sentirse cómodo e inspirado para preparar postres y así lograr impresionar a los paladares más exigentes, esta descripción corresponde al lugar en el que realizan las creaciones de Patricia Castañeda, Claudia Castañeda y Andreina Sastre.
Como todo emprendimiento, para estas tres mujeres trabajadoras, no fue fácil, las ganas de atreverse, la incertidumbre y el miedo en ocasiones dijeron presente en sus mentes, haciéndolas considerar si sería buena idea comenzar a aprovechar sus habilidades y juntas formar un proyecto diferente, accesible y delicioso. Cuando se habla de postres, es necesario pensar en técnica y práctica para obtener un resultado adecuado, aunque algunas veces viene incluido en los talentos de cada persona.
Dicen que el gusto entra por la vista, tener una buena presentación en un postre es fundamental para enamorar a los comensales y crearles una adicción sana, hacia los sabores que generen mezclas inolvidables. Aunque para estar seguro de una receta se deben aplicar pruebas,hasta llegar al toque final generando una satisfacción única, que nuestras entrevistas comprendieron cuando decidieron atreverse a realizar un proyecto de emprendimiento que les proporcionara un ingreso extra.
Sus vidas antes hornear
Andreina Sastre en una de las integrantes del equipo, llamado “Potecito Dulce”, es ama de casa, diseñadora gráfica y pastelera por convicción, nos contó que cocinaba tortas para sus amigas, pero no era nada formal, aunque preparar dulces es algo que domina y le apasiona “Mientras te apasione no es trabajo”. Por otra parte las hermanas Claudia y Patricia realizaban tortas y postres para eventos, además, tenían un restaurante, pero fue un poco difícil mantenerlo por el tiempo que debían invertir.
El proyecto, nace como un piloto, Patricia Castañeda (entre risas) confiesa que nunca pensó decir que sí a la propuesta de ser parte de la iniciativa, porque era una gran responsabilidad que les podía quitar un poco de tiempo en su rutina, pero todo comenzó como una prueba para amigos y conocidos de su círculo social, luego se convirtió en una fila de pedidos, afirmando la aceptación de los dulces.
De amigas a hermanas
Notamos en nuestras entrevistadas, la excelente conexión que tienen para lograr un trabajo en equipo, nos confesaron que se conocen desde los 9 años, sorprendiéndose entre ellas por la cantidad de tiempo de amistad, que realmente es una hermandad, “Nosotras nos conocemos desde que estábamos chiquitas, pero no sabíamos, en los que nos estábamos metiendo”(entre risas) añadió Patricia, dándonos a conocer la base para un buen desempeño, que es compartir el gusto por los postres y las ganas de hacer productos de calidad.
El trabajo en equipo forma parte de los elementos esenciales, dividen las tareas y cada una dependiendo de sus habilidades, logra cumplirlas de la mejor forma, aunque nos explicaron que todo lo realizan con sus ideas, dejando volar su creatividad, dándoles la oportunidad de tener el control de los elementos de su propuesta, para que sea mejor recibida, de esa manera pueden compenetrarse, creando una armonía en las actividades ejecutadas. Cada una, hace todo porque prefieren tener el control de las tareas, Andreina, nos confesó “Me siento más productiva que antes”, soy una persona capaz de generar un ingreso, por medio de algo que me hace sentir bien y segura de mi misma, dejando a un lado los miedos.
Emprender para crear
Todo emprendimiento es complicado, pero ellas tenían un motor que trabaja con rapidez para generar pensamientos llenos de positivismo, aunque en el principio no fue fácil porque tuvieron algunas dificultades, su actitud fue apoyarse entre ellas para buscar una solución, solventando posibles pérdidas. Una de sus motivaciones es el gusto por el dulce, las ganas adquiridas gracias a la abuela de las hermanas que desde pequeñas las incentivó a sentir amor por la cocina, “Mi hermana siempre estaba con ella, preguntando” relató con mucho entusiasmo Claudia, para ellas es sentir un amor hacia la comida, porque su familia comparte ese interés en experimentar recetas para sorprender los paladares.
Su inspiración para continuar es la capacidad de ser independientes y seguras de sus habilidades “Los que más nos motiva es la receptividad de la gente”, destacando la importancia de tener el apoyo de su familia, en todo momento está presente en sus vidas porque siempre han aceptado el proyecto como una idea innovadora con paciencia, impulsándolas a seguir adelante con “Palmaditas en los hombros” que las reconforta en los momentos difíciles. Sus ganas por lo que hacen es muy positiva, pueden pasar todo el día cocinando y aunque todos los sacrificios van surgiendo durante la marcha, lo que hagan para ellas vale la pena.
Dulces preguntas:
-Postre favorito
Tiramisú
-Ingrediente esencial
Queso crema
-Una mezcla única
Almíbar de naranja con arequipe
-Un dulce es…
Una adicción y una excusa para compartir
-Utensilio preferido
La batidora
“La conclusión es que sí se puede”