Claudicar en la lucha es impensable. Si la calle se abandona, se perderá el esfuerzo y las conquistas de casi 40 días de resistencia. Este miércoles, los opositores en compañía de su dirigencia se reunieron en varios puntos de la ciudad de Caracas para dirigirse hasta el Tribunal Supremo de Justicia y rechazar la iniciativa presidencial de una Asamblea Nacional Constituyente.
En Altamira comenzaron a reunirse a las 12 del mediodía con la entonación del Himno Nacional y algunas consignas que expresaba el Movimiento Estudiantil al ritmo de tambores. “Y cuál, y cuál, y cuál Constituyente, si lo que queremos es cambiar al Presidente”.
Luego de 45 minutos de estar concentrados, emprendieron su camino hacia la autopista Francisco Fajardo a la altura del Distribuidor Altamira. Con piedras y bombas con excrementos, los jóvenes se colocaron al frente de la movilización, seguidos por demás miembros de la sociedad civil, quienes tomaron el ejemplo recogiendo piedras en la autopista y así defenderse a la altura de Chacaíto.
Seis tanquetas esperaban a miles de venezolanos que rechazan la imposición gubernamental y exigen la convocatoria a elecciones generales. Mientras los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) iniciaban la represión con lacrimógenas a la 1:38 p.m., algunos jóvenes se dedicaban a derribar las rejas metálicas que resguardan a la Policía de Tránsito de Chacao y a colocar troncos para evitar el paso de los rinocerontes y las ballenas.
Había transcurrido casi una hora y la ciudadanía continuaba plantada. Nadie se devolvía, a pesar de que comenzaron a utilizar la ballena para avanzar más rápido. Sin embargo, jóvenes asfixiados y con laceraciones llegaban hasta el distribuidor ciempiés para ser atendidos por protección civil. En este punto, los servidores públicos advertían que no tomaran fotos a los rostros de los heridos para evitar que esta información llegara a los cuerpos de seguridad del estado como el SEBIN.
A las 2:50 p.m. aparece el “tan odiado” helicóptero de la Policía, que básicamente cumple la función de monitorear hasta dónde llega la manifestación y qué están haciendo las personas para impedir el paso de los funcionarios. Paradójicamente, luego de que ellos sobrevolaran en el distribuidor, las tanquetas comenzaron a avanzar más rápido.
Una hora demoraron en llegar hasta el Distribuidor Altamira los Guardias y Policías Nacionales motorizados, porque las tanquetas se quedaron represadas unos minutos más gracias a las barricadas de piedras, troncos y rejas.
A las 4:00 p.m. todos se encontraban en el punto de inicio: la Plaza Altamira. Con más ganas de continuar y de resistir en las calles. Quienes constantemente están en la línea de fuego y tragan “gas del bueno” aseguraron a la prensa que este miércoles los funcionarios no dudaban para golpear, disparar a la altura del pecho y arrastrar a quien estuviese a su paso. “Ha sido el peor día desde que iniciamos las protestas”, indicaba un caballero.
Colectivos en el oeste
Otro de los puntos para movilizarse era la avenida Vollmer (parroquia San Bernardino), que está ubicada más hacia el centro de la ciudad. Lugar que ha sido imposible de conquistar por ser “territorio chavista”.
El profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, Sergio Contreras, se encontraba en el sitio con un megáfono exigiendo respeto a la Constitución cuando fue rociado con gas pimienta, golpeado y posteriormente detenido, según denunció el centro de estudiantes de esta casa de estudios.
Los colectivos también hicieron estragos en esta parroquia que electoralmente es opositora pero no puede salir a manifestar porque es víctima de estos grupos paramilitares que actúan articulados con los cuerpos de seguridad.
Vestidos de negro y en motos incluso de alta cilindrada comenzaron a disparar a las personas para intimidarlos y obligarlos a que se retiraran. Según fuentes extraoficiales, estos sujetos accionaron su arma en 30 oportunidades y los diputados a la Asamblea Nacional (AN) Gaby Arellano y Freddy Guevara dieron fe de ello mostrando los casquillos de las balas.
La situación irregular no registró fallecidos pero sí robos de materiales periodísticos, los cuales no se pudieron recuperar por la pasividad de la PNB, quienes aseguraron que no estaban armados para actuar en su contra.