Cuando la oscuridad dominaba, como ha ocurrido los últimos días, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) llegó a la avenida Libertador, ayer, y la angustia de los habitantes de la urbanización Bararida, se acrecentó. Vía telefónica una habitante de uno de los edificios de Bararida II, explicó a la periodista de EL IMPULSO, que pasadas las 8 de la noche, funcionarios castrenses comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas hacia la zona residencial.
Este tipo de acciones se han hecho regulares las últimas semanas, pero anoche empeoró con la irrupción de los uniformados. Según la residente, entraron en moto hasta el estacionamiento y rompieron los vidrios de por lo menos tres carros.
Mientras rodeaban el lugar los funcionarios también partieron algunas bombillas de alumbrado público en el lado de las casas de la urbanización, puntualmente, en las veredas dos, cuatro y seis.
Cuando irrumpieron en Bararida II, al parecer, iban tras un grupo de muchachos que subieron a una de las azoteas. Mientras eso sucedía, aparentemente, un joven recibió un golpe de una lacrimógena. El balance preliminar de la ONG Movimiento Vinotinto elevaba a cinco los heridos.
Las personas domiciliadas en el sector contiguo, Fundación Mendoza, también experimentaron los ataques, ayer. Temían por la supuesta presencia de grupos armados o colectivos.
Atendiendo a los gritos de unos muchachos, algunos vecinos que relataban a EL IMPULSO lo vivido, corrieron despavoridos hacia sus casas.
Antes de que eso sucediera, una mujer se mostró solidaria con los vecinos de Bararida. Allí, dijo, viven familias cuyos miembros más pequeños y los de la tercera edad sufren por estar expuestos continuamente a los gases lacrimógenos.
Más temprano, sobre las 4 de la tarde, los manifestantes se mantenían en la avenida Libertador sin problemas, pese a que a esa hora los pelotones de la GNB ya estaban desplegados a lo largo de esa arteria vial.
Paralelamente, en la avenida Hernán Garmendia, frente a la Universidad Fermín Toro, instalaron barricadas los manifestantes de esa zona.
Para vigilar el perímetro se distribuyeron en ese trecho funcionarios de Polilara y de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).