El presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Julio Borges, aseguró hoy que la convocatoria a una Asamblea Constituyente hecha por el presidente Nicolás Maduro, para reformar el Estado y su ordenamiento jurídico, es una convocatoria que nació “muerta” porque fue hecha con mala intención.
“Eso nació muerto, porque nació con la mala intención de engañar a nuestro pueblo y nuestro pueblo no es bolsa, nuestro pueblo sabe que eso es un engaño, que está diseñado para que Nicolás Maduro permanezca en el poder”, dijo Borges en entrevista con el canal privado Televen.
El parlamentario aseguró que la convocatoria hecha por Maduro el pasado 1 de mayo no ha recibido el respaldo de los sectores mayoritarios de la sociedad venezolana.
La Comisión Presidencial para la Constituyente, creada por Maduro, se ha venido reuniendo con distintos factores políticos y sociales que hacen vida en la nación para informar y debatir las bases sobre las que se elegirán a los representantes que trabajarán en la redacción de la nueva constitución.
Los delegados presidenciales sostuvieron ayer una reunión con los partidos políticos, un encuentro al que acudieron solo 17 del más de medio centenar de organizaciones que hace vida política en Venezuela, y que tuvo como ausente a la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la primera fuerza política del país.
Según Borges, esa constituyente no se formará con un proceso electoral libre, sino que el Gobierno “elegirá quién irá por los empresarios, quién va por los sectores religiosos, quién va por los estudiantes, la gente no va a poder votar, va a ser un parapeto para ellos simplemente permanecer en el poder”.
A su juicio, quienes han acudido a las reuniones hecha hasta ahora por la comisión “no representan” a ninguno de los sectores ciudadanos.
El Parlamento venezolano prevé discutir hoy con la presencia de los diputados opositores, que hacen la mayoría de la Cámara, la supuesta “inconstitucionalidad” de la convocatoria a la constituyente.
Sin embargo los efecto de ese debate no suponen resultados o cambios en el proceso ya que el Poder Legislativo, el único en manos de la oposición, permanece en desacato por orden del Tribunal Supremo de Justicia, y el efecto de sus decisiones es nulo.