Dos robos y un hurto, en menos de una semana, han sufrido trabajadores y usuarios del ambulatorio tipo II Rafael Pereira de Barrio Unión, quienes, la mañana de este lunes, tuvieron que cesar actividades por un nuevo hecho delictivo.
Denunció la coordinadora de Enfermería del centro de salud, Dominga Giménez, en declaraciones a EL IMPULSO, que el hampa los obliga a trabajar casi que a puertas cerradas.
Entre la noche del domingo y la madrugada del lunes, contó, pandilleros ingresaron a la edificación para llevarse el cobre de una nevera, protectores de electricidad y la cónsola de un aire acondicionado.
Los delincuentes forzaron una de las ventanas y, sin romper sus vidrios, ingresaron al ambulatorio para hacer de las suyas.
Mientras terminaban de levantar el inventario, durante la mañana de este lunes, Giménez señaló que el accionar delictivo provocó, además, que perdieran su cadena de refrigeración dos frascos de vacunas toxoide, los cuales pudieron servirle a unas 20 personas.
“Perdieron su cadena de frío. Esta vacuna está muy escasa como todos los medicamentos en esta situación”, sentenció.
En años anteriores, destacaron, también se han entrometido en el Rafael Pereira.
Con pistola en mano
Giménez relató que el pasado martes un pistolero ingresó al centro asistencial, en plena mañana, para hacerse con los celulares de estudiantes de Enfermería, obreros y pacientes que allí se encontraban.
Resaltó que una situación similar se produjo el viernes y que, además, en las adyacencias del mismo ambulatorio se han hecho costumbre los asaltos.
Los victimarios, según describieron, son jóvenes que, en su mayoría, aparentan no superar los 18 años de edad.
Piden vigilancia policial
La calle 21 de Barrio Unión es calificada por los trabajadores del ambulatorio como zona roja y, por ende, exigieron presencia policial.
“Estamos expuestos a que nos maten porque no tenemos policías, ni vigilantes. Tememos a que nos pase algo”.
Evocaron años anteriores, tanto enfermeras como habitantes del sector, cuando en el ambulatorio -de 59 años de existencia- había un funcionario policial asignado.
“Lo que deberían resguardar no lo hacen. Qué hace un policía cuidando los chinos (…) El llamado es para que nos asignen policías para estar seguros”, reclamaron.
Asimismo, creen que los antisociales son de la zona, puesto que una oportunidad fue sorprendido un vecino dentro de la edificación, aunque después fue puesto en libertad.
