Con vertiginoso ascenso en sus registros y en medio del sopor barinés, la barquisimetana Antonella Creazzola, le dio un baño refrescante y de aliento a sus aspiraciones porque en el quinto intento durante el Memorial Brígido Iriarte tomó el hierro de tres kilos en sus manos e inició el balanceo de sus brazos, concentración plena de por medio en sus giros y de un zarpazo lo impulsó hasta una distancia de 61 metros con 3 centímetros, registro suficiente como nueva marca nacional de la categoría, válido además para sellar su pasaje al campeonato mundial menor de atletismo a darse en Nairobi, Kenia, en las fechas comprendidas del jueves 12 al domingo 16 de julio de este año.
Los 61,03 conseguidos en el confín llanero dejan atrás los 59,10 que ella misma poseía como marca nacional para la categoría menor y la registra con talla mundialista a partir de este momento.
Antonella se une a otra guara, María Valentina Parra, como las únicas atletas criollas que hasta los momentos han cumplido con los marcas mínimas exigidas y quedar ahora a la espera en la tribuna con voces de aliento para que otro larense, Cristopher Torres (disco) pueda también hacer maletas hacia el país asiático de acuerdo a lo señalado por el entrenador Miguel Escobar, quien no dejaba de ocultar su agrado por la clasificación de Creazzola, en justo premio a su “fortaleza y determinación”, como lo registrara en estas mismas páginas en fecha reciente el periodista William Linárez, cuando señalaba los pasos agigantados hacia la distancia requerida.
En la ejercitación diaria en el polideportivo Máximo Viloria, Antonella Creazzola había podido enviar el hierro a más de sesenta metros, pero faltaba hacerlo en una competencia oficial para sellar su documentación a Kenia, como en efecto sucedió en el Agustín Tovar en Barinas, en las disputas del Memorial Brígido Iriarte, evento que este año tuvo sus disputas en el escenario llanero, al igual que el campeonato nacional menor, en el que la delegación larense, en esfuerzo conjunto, facturó a su favor una segunda posición a nivel nacional.
Hace apenas un mes, Creazzola, en el coso de la avenida Libertador, en contienda nacional marcó 58 metros exactos. De allí la nota periodística bañada, con lógica, de puro optimismo. Restaban apenas dos metros, tarea cumplida en la ciudad marquesa.
En esa oportunidad sus declaraciones, tajantes y dicientes de la verdad señalaron: “Estoy trabajando a doble turno para estabilizarme en la marca requerida”, y a fe que cumplió.
Dragado por metros
El dragado de metros de la oriunda de Barquisimeto en los últimos años ha sido a grandes trancos como lo demuestran sus registros del año 2015 cuando apareciera como representante criolla en los V Juegos Deportivos Escolares Centroamericanos en la ciudad de Mérida en Yucatán, México y la cita nacional menor en Barquisimeto cuando empujó la pesada esférica hasta 41 metros con 49 centímetros.
Un año más tarde, en la ciudad de Concordia en Argentina, en el Suramericano U18 por primera vez se acercó a los 60 metros al registrar 59,02 y conseguir para Venezuela medalla de bronce, debajo de la chilena Mariana García (64,31) y la peruana Ximena Zorrilla (60,65).
Ahora viene el reto de Kenia y luego, de nuevo, la mirada hacia el futuro, con el ejemplo de su coterránea Rosa Rodríguez a su lado, porque Antonella Creazzolla, como lo admitiera en otra nota periodística tiene sus propuestas: “deseo llegar a unos Juegos Olímpicos y la clasificación al Mundial Juvenil será un paso importante, por eso el trabajo y el ánimo son constantes”. Seguramente no habrá desmayos en la trayectoria.