Día a día somos el ojo editorial. Miramos, detallamos y plasmamos la realidad; la marcha, el suceso, la protesta, el hecho cultural, el juego deportivo o la rueda de prensa son nuestra primicia. Somos silentes, inadvertidos pero acuciosos en acción, posamos nuestros sentidos en todo el entorno, captamos el mínimo recelo en la faena.
Nuestro foco informativo es tan diligente como el del redactor, somos complemento mutuo y necesario en nuestras labores.
Hoy en día el país está convulsionado, las noticias van y vienen, cambian, se estancan por míseros días y vuelven agitar la atmósfera; en esta situación, los reporteros gráficos trabajamos en situaciones de alta presión. Los aconteceres de estos tiempos políticos nos han llevado a documentar nuestro propio riesgo humano. Bombas lacrimógenas, perdigones, disparos de metras, muerte, heridos y crueldad se han mezclado con el diafragma, profundidad de campo y las asas de la cámara.
El coraje, impotencia, templanza y cualquiera que sea la emoción que nos envuelva, debe ser puesta en pausa porque el oficio y el compromiso están primero.
La sana competencia nos caracteriza en la búsqueda de la mejor imagen, pero en la línea de fuego todos somos hermanos, familia y ayuda mutua.
Nuestro trabajo tiene vital importancia, logramos dejar la huella y memoria fotográfica del tiempo y la vida.
El mundo está lleno de personas con cámaras fotográficas pero existe algo más allá de un clic; una pasión, un compromiso, una visión crítica y profesional para informar y para ello estamos aquí, para registrar la realidad con veracidad.
En el diario EL IMPULSO se cuenta con la presencia de los invaluables reporteros gráficos Luis Salazar, Ángel Zambrano, Daniel Arrieta, Edickson Durán, Juan Brito, Karen Paradas, Iván Piña y Stiven Valecillos.