La Federación de Psicólogos de Venezuela y el Área de Psicología de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela, emitieron este viernes un comunicado en el que expresan su preocupación por la crisis que vive el país, que catalogaron como estructural.
«Es una crisis humana que ha derivado en una profunda conmoción existencial que se expresa en la vida cotidiana de la gente, en las áreas de lo íntimo-personal y en la vida colectiva», señalan.
«La calle está desbordada de expresiones emocionales: desesperación, lágrimas, impotencia, incertidumbre, frustración, desarraigo, necesidades y duelos que evidencian dicha crisis. Manifestaciones de las cuales no están exentos nuestros espacios de influencia: consultorios, lugares de encuentro privado y público, real y virtual, enunciadas en voces y símbolos de venezolanos dentro y fuera del país», detalla el documento.
El gremio expresa además su rechazo a las recientes sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). «A esto se le suma el reciente llamado del Jefe de Estado a una Asamblea Nacional Constituyente. Estos hechos, sin duda, profundizan la crisis existente e incrementan las protestas y la violencia represiva del Estado frente a las demandas ciudadanas, reportando un aumento alarmante de muertos, especialmente jóvenes, heridos y detenciones en todo el territorio nacional», aseveran.
Finalmente, exhortan a los representantes gubernamentales a encontrar las vías democráticas que permitan, «la restitución del Estado de Derecho en Venezuela; la protesta ciudadana pacífica, sin la amenaza de represión del aparato militar y policial; la recuperación del ejercicio de la política que favorezca procesos de diálogo, negociación y acuerdo entre los diferentes actores políticos y sociales de nuestro país; el libre ejercicio de los medios de comunicación públicos, privados, comunitarios, en todas sus modalidades, que eviten visiones sesgadas, partidizadas y/o negadoras de la realidad o transmitan mensajes que acrecienten la incertidumbre, angustia y miedo de la población; la reconstrucción del tejido social afectado por la polarización, fragmentación y territorialización del conflicto; los procesos de reparación social del daño, apoyo a las víctimas y garantías de justicia contra la impunidad».