No encontraron a los manifestantes y atacaron las viviendas. Esa fue la forma de proceder de los funcionarios castrenses, ayer por la tarde, en varios conjuntos residenciales de Cabudare, municipio Palavecino, según denunciaron los residentes. Al irrumpir causaron destrozos, robaron y repartieron improperios.
Por lo menos 11 motorizados de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) entraron en torno a las 2:30 de la tarde, por la calle principal de la urbanización Santa Cecilia a gritar insultos contra los habitantes y apuntar con armas a quien se atreviera a asomarse para ver qué sucedía. En el mismo lugar, ordenaron detener la marcha a cuatro muchachos que no estaban manifestando y se trasladaban en un carro, los agredieron física y verbalmente, testimonió uno de ellos. Uno de los guardias extrajo el reproductor de sonido y lo escondió entre su vestimenta. Mientras eso sucedía, un vecino intervino, los castrenses recapacitaron y devolvieron el artefacto, pero se quedaron con el reloj de uno de jóvenes.
Los afectados pidieron respecto a la propiedad privada y a ellos como ciudadanos. “Nos llama la atención si eran funcionarios o malandros, porque si son funcionarios deberían venir con una orden de allanamiento y, primero, no mostraron nada, entraron ‘a lo macho’ como si esto fuera el lejano oeste y, segundo, el aspecto y la evidencia que dejaron fue de malandros vulgares porque robaron”, reclamó una vecina que pidió reserva de su identidad.
En el conjunto residencial Cañaveral no lograron someter a ninguna persona. De modo que tres motorizados de la GNB con la cara cubierta con bandanas negras rompieron con sus armas los vidrios de la garita y las introdujeron para disparar perdigones, partieron un bombillo, arrancaron las dos cámaras de vigilancia y se las llevaron, denunciaron los residentes. Volvieron unos 30 minutos después para lanzar bombas lacrimógenas hacia las casas.
Los habitantes de la zona negaron haber estado protestando cuando llegó la guardia. Solo había obstaculización parcial en la avenida por las barricadas del día anterior. Ataques similares dañaron estructuras en las urbanizaciones Roca del Valle III, Tarabana y Los Samanes.
En Villa Tabure II y La Ribereña la represión sí dejó lesionados, luego de que funcionarios castrenses cruzaran a pie las barricadas usaron implementos de dispersión de manifestaciones contra unos muchachos que estaban sentados y comiendo cerca de las barricadas, narró una vecina. Dos de ellos recibieron impacto de lacrimógenas, uno en el glúteo y otro en la espalda.