A partir del Primero de Mayo el salario mínimo integral será de 200.021 bolívares, según lo anunciado por el presidente de la República, Nicolás Maduro. El sueldo de 40.638 bolívares pasó a 65.021 y la cestaticket de 108.000 a 135.000; cifras que representan un incremento de 65 % con respecto al sueldo anterior.
9 de cada 10 venezolanos considera que el incremento salarial no será suficiente para cubrir la canasta básica que superó el millón de bolívares, según el informe del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FMV).
Periodistas de EL IMPULSO realizaron una encuesta a ciudadanos de distintas partes de la ciudad, que demostró que 90 % de los venezolanos ve el aumento del sueldo como algo negativo.
Para Sacramento Castillo, una ama de casa que desde hace seis meses se dedica a limpiar hogares para mantener a su familia, el aumento de salario no va de la par con el incremento de los alimentos y productos que consume regularmente. Para ella, mientras el salario aumenta un pequeño porcentaje cada dos o tres meses, el costo de los artículos sube diariamente.
Lo mismo coincidió Julián Sánchez, comerciante de un pequeño puesto de chucherías en el Terminal de Pasajeros de Barquisimeto. Relata que la inflación arropa a diario a todos los vendedores y que en su mayoría, tan solo produce para volver a invertir en la mercancía. Como ejemplo: un pastelito que compró la semana pasada en 1.500 bolívares para venderlo en 1.800, esta semana le cuesta 1.800, lo que no le permite tener un margen de ganancia.
Sánchez comentó que viajó seis meses a Colombia, trabajó y se trajo las ganancias a Venezuela para poder adquirir algunos bienes que con su sueldo mensual no podría. “Yo regrese porque creo en el país y sé que las cosas podrán cambiar. Estamos todos muy apretados pero tengo fe en que podremos seguir adelante”.
En tanto, Manuel Vargas, dueño de una tienda de repuestos que tiene 20 empleados a su cargo, insiste en que el incremento de salario afectará gravemente a los pequeños comerciantes en el momento que los altos precios de los productos y el pago de los sueldos sea algo insostenible para mantenerse. “Con tan solo cinco empleados tenemos que tener a disposición un millón de bolívares. No todos los meses las ventas están tan bien como para pagar los salarios y no queremos ni pensar como haremos para cancelar las utilidades y prestaciones. Le rogamos a Dios que no tengamos que cerrar nuestras puertas y podamos seguir sosteniendo esta situación mientras termina”.