La convocatoria del presidente Nicolás Maduro a una Asamblea Nacional Constituyente «popular» dio un giro inesperado al conflicto político que sacude desde hace un mes a Venezuela, con una una ola de protestas que han dejado casi una treintena de muertos.
A continuación lo que se sabe de esta crisis:
La chispa
El 29 de marzo, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), cercano al gobierno, retiró la inmunidad de los diputados del Parlamento, de mayoría opositora, y un día después se adjudicó sus facultades, permitiendo así al oficialismo concentrar todos los poderes del Estado.
La decisión fue calificada por la oposición de «golpe de Estado» y suscitó una indignación diplomática tal que el Tribunal Supremo dio marcha atrás 48 horas más tarde.
Pero el lunes, la crisis política volvió a escalar con la decisión de Maduro de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente «popular», con representantes elegidos, no por voto universal, sino por sectores sociales (obreros, campesinos, indígenas) y por comunidades.
Maduro afirma que busca reforzar la Constitución de 1999, impulsada por su mentor, el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013). La oposición asegura que se trata de un «golpe continuado» y un «fraude constitucional».
El objetivo
La oposición se fijó un objetivo principal: conseguir la salida de Nicolás Maduro antes del final de su mandato en diciembre de 2018.
Al haber sido bloqueado un referendo revocatorio que impulsó en 2016, la oposición pidió entonces elecciones generales, segura de capitalizar el descontento popular frente a la profunda crisis económica que golpea al país petrolero, por la caída de los precios del crudo.
Según un sondeo de Venebarómetro, siete venezolanos de cada 10 desean la salida del presidente Maduro.
Pero la convocatoria de Maduro a una Constituyente alejó la posibilidad de elecciones, ante lo que la oposición deberá rearmar su estrategia.
El costo
Casi todas las marchas han desembocado en choques, robos, lluvia de gases lacrimógenos y cócteles Molotov entre manifestantes y fuerzas del orden, a lo que se añade la violencia ejercida por bandas armadas de civiles encapuchados.
El balance de muertos asciende a 28, según la Fiscalía, que da cuenta también de centenares de heridos y detenidos por disturbios y saqueos.
Maduro dijo haber convocado una «Constituyente para la paz», pero analistas, como Luis Vicente León, auguran una «agudización de la crisis» y las protestas.
Asegurando que seguirá en las calles, la oposición anunció una «mega» marcha de protesta el miércoles.
El futuro
Los comicios de gobernadores debieron hacerse en 2016 -pero se postergaron sin fecha-, los de alcaldes deben ser este año y las elecciones presidenciales a fines de 2018. Una Constituyente coloca en interrogante el calendario electoral.
El papa Francisco abogó por una «solución negociada» en Venezuela y renovó la oferta de ayudar a un diálogo, pero con «condiciones muy claras», al recordar el fallido proceso que acompañó el Vaticano a fines de 2016.
«¿Quieren diálogo? (…) ¿Quieren elecciones? Poder Constituyente», aseguró Maduro, quien añadió que la Asamblea «popular» tomará el poder político de la patria y hará triunfar la paz.
La Asamblea Constituyente, una vez instalada, puede estar por encima de todos los poderes del Estado, lo que abre un abanico de interrogantes sobre el rumbo que tomará el país.