Barquisimeto a pesar de ser la capital musical de Venezuela y la ciudad cuna de muchos artistas que han logrado proyectarse a nivel nacional e internacional, como el claro ejemplo del director de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, Gustavo Dudamel, ha abandonado en cierto aspecto el crear espacios de encuentro para estos músicos, evitando así, que los oriundos barquisimetanos disfruten del talento guaro y puedan crear un sentimiento por lo hecho acá.
La música es un símbolo innato de la cultura larense, así como el poder innovar y crear proyectos que busquen unir a las comunidades y sus ciudadanos, que se conviertan en sitios de esparcimiento, entretenimiento y recreación para toda la familia. En Barquisimeto, la crisis económica y social ha llevado a la invención, aún existen personas, organizaciones y fundaciones que apuestan por buscar la forma de que la adversidad se convierta en oportunidad.
Bajo este concepto nace Le voy a mi Tierra, una propuesta eventos culturales que se realizan el último domingo de cada mes, donde músicos guaros exponen su talento con el propósito de darse a conocer y brindar un poco de esparcimiento a los “paisanos” que asistan.
La idea surge de Santoral, una agrupación netamente larense que se convierte en productora al unirse con la Fundación Ascardio y Venezuela Creativa para darle forma a lo que hoy en día es el ciclo de conciertos. “Esto nació por el hecho sencillo de ver el poco espacio que hay para la música venezolana, y esto lo digo desde todo punto de vista, medios de comunicación y lugares para la presentación”, explicó Luis Pernía, vocalista de Santoral.
Por otra parte, la transculturización actual que vive el país ha ido dejando a un lado la música venezolana, con la llegada de nuevos géneros musicales producidos a través de la tecnología, los ritmos del cuatro, guitarra y cualquier instrumento de cuerda, viento o percusión no son del gusto o conocimiento de la juventud larense.
“Yo trabajo como profesor de canto y me doy cuenta que los jóvenes por lo menos de 20 años hacia abajo, las nuevas generaciones, no tienen ni idea de los artistas, géneros o compositores de la música popular venezolana. Esto fue un llamado de atención y con los casi 25 años que tiene el grupo al cual pertenezco, te das cuenta de lo que existía antes y lo que tenemos ahora”, destacó.
“Unidos hacemos más”
Para hacer posible esta propuesta, la planificación y organización fue vital. Entre los tres grupos que se unieron y darle vida al proyecto están Santoral, Ascardio y Corporación Venezuela Creativa (CVP).
Pernía explicó que su agrupación musical se convirtió en una productora dentro de esta labor, pues son los encargados de contactar y escoger a los artistas, organizar la gira de medios y tener el trato directo con ellos, asegurarles los requisitos que piden para presentarse y brindarles las comodidades para su concierto.
Por otra parte, CVP tienen a su cargo todo el trabajo publicitario, de diseño y proyección del evento desde la creatividad que los caracteriza. Así mismo, Ascardio cedió los espacios de su auditorio, lo que disminuye los costos de la producción y facilitó la concertación.
Vitrina para la música larense
Aunque estaba planteado desde el año pasado, no fue sino hasta enero de 2017 que se concretó el inicio de este ciclo que hoy celebrará su cuarta ediciones, cada una el último domingo de cada mes. Esta primera etapa está enfocada en presentar solamente artistas larenses.
“Tenemos que comenzar por lo nuestro y luego iremos trayendo artistas de otros estados”, dijo el vocalista.
En el primer concierto del ciclo se presentaron Irene y Fausto, un dúo musical que lleva dos años en escena y combina la voz de Irene junto a los acordes de guitarra empleados por Fausto, creando música venezolana con arreglos modernos y de jazz.
Este dueto en declaraciones anteriores a EL IMPULSO explicó que su repertorio es de 10 canciones de reconocidos compositores venezolanos “para que los jóvenes conozcan lo bonito de lo nuestro”.
De igual forma, en febrero el público se deleitó con Onda Guara, que principalmente surgió como un movimiento para difundir las propuestas musicales que tienen los larenses.
Entre los que conforman esta agrupación están Manuel Quero (flautista), Erickson Escalona (violinista), David Jiménez (bandolista), William Hernández (mandolinista y compositor), Carmelo Rojas (bajista), Alfredo Quintero (bajista), Narciso Díaz (cuatrista), Rafael Marchán (cuatrista) y Gregory Castillo (cuatrista).
El último domingo de marzo fue la oportunidad de Javier Sojo, el público fue arropado por la percusión de este guaro que desde 2004 ha formado parte de diversos proyectos musicales, que han permitido el crecimiento de su trabajo y su vida como artista. Ha estado estrechamente ligado con la música religiosa, sin embargo ha agregado temas criollos a su repertorio.
“Estamos trabajando con personas con todo tipo de experiencia, el próximo mes se presentará Adelis Freitez como compositor, es decir, que no nos limitamos al tiempo que tengan haciendo música porque lo importante es que estos espacios sirvan para su misma proyección”, explicó Pernía.
-No estamos rescatando la música, simplemente lo que hicimos fue apostarle a ella, brindar los espacios y que los artistas también tengan sus beneficios, tanto en lo económico con el tema de las entradas y la taquilla, como el tema publicitario y de promoción.
Aunado a esto, están buscando la posibilidad de hacer micros radiales y que el plan no se queda solamente en el ciclo de conciertos. “Además queremos que la cuenta Instagram @levoyamitierra funcione como una suerte de espacio para la búsqueda de información de artistas, instrumentos, darle el sentido informativo y formativo para que la gente conozca de nuestra música”, adelantó.
Aunque tal vez tengan limitaciones por el contexto del país, esto no va a ser causa de freno para las aspiraciones que tienen, pues esperan que a raíz de esto puedan llevarse talleres a escuelas y universidades, para que la formación musical y el sentido de pertenencia por lo nuestro sean mayores.
