Mientras habitantes de algunas zonas de la ciudad denuncian tener problemas con el suministro de agua e incluso en algunos sectores no reciben el líquido vital desde hace más de una semana, existen lugares donde los botes de aguas blancas han convertido las calles en ríos.
Así es el caso de la Zona Industrial II, específicamente en la carrera 3 entre calles 2 y 4, donde hay dos botes de agua que inundan por completo más de tres calles del sector.
Trabajadores presentes en el sitio destacaron que la primera tubería se rompió hace dos semanas y a los pocos días reventó la segunda. Inmediatamente que ocurrió el inconveniente le notificaron a Hidrolara, pero supuestamente la respuesta que obtuvieron fue: “Ya estamos enterados y en poco pasaremos a resolver”. No obstante, por los momentos no se ha acercado ningún funcionario a solventar un bote que desperdicia cientos de litros de agua, día y noche.
Víctor Martínez trabaja en una empacadora de embutidos, cuya entrada se convirtió en una laguna.
El empleado para poder cruzar la calle debe colocarse unas botas plásticas de lluvia, puesto que el nivel del agua le llega a las pantorrillas.
El pavimento se ha corroído a causa del agua que circula constantemente. La vía está repleta por de baches que imposibilitan el paso de los automóviles y camiones que deben transitar para llegar a su lugar de trabajo o desechar alguna mercancía.
Martínez relata que la semana pasada un autobús se volcó al momento que cayó en un hueco y entre los trabajadores de varias empresas lo levantaron.
“Los ruteros tuvieron que cambiar la vía, ya no pasan por aquí porque esto se ha convertido en un peligro”, expresó.
Es importante destacar que entre las instituciones afectadas por el bote de agua se encuentra el comando de la Guardia Nacional Número 120 y sin embargo, las autoridades no se han enfocado en restaurar la falla.
