FOTOS: Mientras más nos repriman, más gritaremos libertad

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“Cobardes, vende patria, ustedes no son gente”, gritaban los jóvenes que desde las 12 del mediodía se enfrentaban con la Guardia Nacional Bolivariana en la autopista Francisco Fajardo, este miércoles, a la altura de El Rosal.

El escenario de la represión, sin duda, se ha vuelto costumbre para los venezolanos. En esta ocasión, la palabra libertad ocasionaba ruido en los que tienen como lema “el honor es su divisa”. La orden era dispersar al río de gente que acudió a la convocatoria opositora, y aunque por momentos entraba la desesperación, el grito de libertad los llenaba de valentía para mirar hacia las seis tanquetas y afirmar “y va a caer, y va a caer, este Gobierno va a caer”.

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No transcurrieron más de 15 minutos cuando los equipos antimotines ya se encontraban en la Fajardo a la altura del aeropuerto La Carlota. Unos retrocedían corriendo, otros se quedaban atrapados con los gases, mientras la prensa con un equipo prácticamente de guerra, transitaba con cierto temor al lado de los guardias.

‘Se venden cojones’ ‘Maduro, ladrón, te toca Tocorón’, eran algunas de las consignas que gritaban desde los más jóvenes, hasta quienes ya en edad avanzada manifestaban “quiero vivir en democracia, como en los viejos tiempos”.

“Ante la represión, gritaremos más fuerte libertad. No es justo que nos agredan cuando solo queremos protestar tranquilamente, como lo garantiza la Constitución. Es increíble que para medicinas y comida no haya dinero pero para comprar bombas sí”, expresaba una madre, cuyo hijo partió por las puertas más dolorosas que tiene el país, las de Maiquetía.

Con franelas en las caras, bombas molotov y piedras en las manos, los más “valientes” sorteaban las lacrimógenas, y como podían las devolvían para evitar que los compañeros y la multitud que los acompañaba desde atrás, se vieran afectados. “No respires por la boca, cálmate. Tenemos que seguir, esto es por Venezuela”, decían mientras rociaban los rostros con maalox. No faltó quien en medio de esa batalla campal, asomara que vendía agua, helado o cigarrillos. Incluso, muchos tuvieron que dejar su mercancía en la autopista porque nadie los iba a salvar de la Guardia.

El diputado a la Asamblea Nacional, Arnaldo Benítez, repitió la escena de la mujer extranjera que se apostó frente a una tanqueta. Con una bandera de Venezuela y un pañuelo para soportar los gases, demostró que el civismo debe ser el escudo de todo aquel que pide la celebración de elecciones ya.

Se acercaban las tres de la tarde, la Guardia “estaba tranquila” o mejor dicho, buscando más bombas para acabar de una vez con la protesta. Los jóvenes insistían en ganar terreno pero se tornaba casi imposible; lograron colocar obstáculos para que cuando los efectivos se acercaran, dedicaran su tiempo en derribar los escombros y no en atacar, como en efecto sucedió.

Justo a las tres. Nuevamente comienza la represión y retroceden a los manifestantes hasta la Plaza Altamira, epicentro de las protestas más desastrosas y llenas de odio, según lo ha asegurado el ministro de Interior y Justicia, mayor general Néstor Reverol.

Resultaba interesante observar que los GNB que no tenían máscara recibían espaldarazos por parte de los compañeros encargados de disparar. El gas era muy fuerte y no distinguía rangos, edad o género. Al verse sin bombas, tomaron sus motos y huyeron lo más rápido posible, con lo cual se evidencia que sin ellas, no tienen la misma valentía para enfrentarse a la sociedad civil, que en su legítimo derecho, se mantiene en pie de lucha, solicitando respeto a la Constitución y un cambio de Gobierno en paz.

Ataque a la prensa

Según registró la ONG Espacio Público, al menos diez trabajadores de la prensa fueron agredidos este miércoles. En el caso de Caracas los siguientes: el reportero de El Nacional, Ayatola Núñez, quien recibió un impacto de un objeto contundente que le ocasionó una lesión en la cabeza. Fue atendido al momento por los paramédicos de la Universidad Central de Venezuela y posteriormente trasladado al Hospital Clínico, donde le realizaron una sutura de cinco puntos.

Los reporteros del portal web La Patilla, Régulo Gómez y Eduardo Ríos también resultaron heridos al ser alcanzados por una bomba lacrimógena mientras cubrían a la altura de El Rosal. Lo propio ocurrió con el periodista Gregory Jaimes de Caraota Digital.

Por su parte un camarógrafo de la Mesa de la Unidad, Eduardo López, recibió a la altura del tórax un impacto de bomba, mientras que Simón Rodríguez, camarógrafo de CNNE, sufrió una quemadura de primer grado causado por un cohetón.

En el Táchira, Daniel Cáceres de AFP recibió intimidación; del medio TRT, Keith Márquez recibió perdigones, Germán Quiroz pedradas y Javier Cáceres resultó herido en el ojo.

Lamentablemente, Juan Pablo Pernalete de 20 años de edad, perdió la vida al ser alcanzado en la cara por una lacrimógena la tarde de este miércoles. El alcalde de Chacao, Ramón Muchacho, informó que ingresó al centro de salud del municipio sin signos vitales y aplicaron durante 40 minutos resucitación cardiovascular, sin embargo, los esfuerzos no dieron un resultado favorable. Con el fallecimiento de este joven se contabilizan 28 muertes oficiales.

 

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