Señal inequívoca de la tragedia que vivimos los venezolanos, es la creatividad surgida en la dirigencia opositora para enfrentar al gobierno. Llevan tres semanas creando nuevas opciones de lucha. Las marchas tradicionales de los primeros años de Chávez, no voy a decir que se agotaron, no, es una forma de estar presentes en la calle exigiendo rectificaciones e incluso el final del gobierno, pero era necesario crear otras alternativas para mantener la lucha vibrante. El año pasado, para solicitar el referendo revocatorio, hubo varias marchas gigantescas. Quizás la más famosa y exitosa fue la de Caracas a comienzos de septiembre. También las hubo regionales y todas lograron una movilización muy grande porque el país está harto de Maduro y de todo su gobierno.Lamentablemente la expectativa y emoción se desinflaron cuando se anunció el diálogo que el gobierno manipuló y con el cual engañó hasta al mismísimo Santo Padre Francisco.
Parecía muy difícil volver a movilizar al país en las dimensiones de 2016. Todo indicaba que el gobierno había obtenido un triunfo en su ambición de mantenerse en el poder.Pero la ambición de poder enceguece. El gobierno manipuló y frustró el diálogo y quedó descubierto su carácter dictatorial y su catadura de régimen inmoral. Nadie duda hoy en la comunidad internacional, de la falta de palabra y de seriedad del presidente venezolano. Constituye motivo de vergüenza la actitud de la canciller Delcy Rodríguez. Las marchas han logrado que esa comunidad internacional mantenga la vista sobre Venezuela. La represión contra una población civil que sólo aspira libertad y democracia, ha sido brutal, especialmente contra esos jóvenes guerreros tan admirables y tan llenos de amor a la patria. Al escribir estas líneas ya se contabilizan 21 fallecidos en tres semanas de protestas.Esta última semana hubo tres marchas en cada una de las siguientes ciudades: Caracas, Barquisimeto, Valencia, Maracaibo, Maracay, Puerto Ordaz, Puerto La Cruz, San Cristóbal y muchas otras ciudades del país y han dado su fruto. Y ha habido dolorosas muertes que al régimen no parece importarle.Maduro luce acorralado, a la defensiva, disminuido a pesar del armamento que tiene en sus manos. La fuerza de la oposición está en la moral alta que mantiene, mientras el régimen luce desmoralizado.
Las tres marchas han sido apoteósicas. El miércoles 19 de abril, fecha gloriosa de nuestra historia, se movilizó una inmensa multitud de decididos venezolanos que solo deseamos democracia y libertad. Parecía increíble que al día siguiente, jueves 20, el pueblo de nuevo se movilizara en otra multitud similar. Y el sábado 22fue la marcha del silencio. Me conmovió el silencio por los caídos los días 19 y 20 y los días anteriores, y por los injustamente detenidos. Nunca antes había sentido esa sobrecogedora sensación de la presencia divina ayudando a quienes anhelamos vivir en paz y libertad. El gobierno ya no gobierna. Y el plantón del lunes paralizó a Venezuela, sólo queremos vivir en paz y libertad.