Dos monjas se “plantan” en la ciudad capital

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Una mano para el rosario, la otra para la bandera: las religiosas Esperanza Cadavid y Leonor Pérez nunca pensaron cuando llegaron décadas atrás a Venezuela que estarían sentadas en el medio de la calle protestando contra Nicolás Maduro.

Ambas monjas se unieron a la protesta opositora convocada para este lunes de bloquear las principales vías en todo el país. Lo llaman el «plantón».

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«Queremos libertad, justicia, paz, igualdad, que haya comida y medicinas para todos», dijo Cadavid con una sonrisa tierna, sentada en un banco al lado de Pérez.

Cada una sostiene el extremo de una vieja bandera venezolana, con siete y no ocho estrellas como la actual, y se protegen con una gorra del sol abrasador de una mañana muy caliente en Caracas.

«Estamos en un pozo sin fondo, me estremezco cada vez que veo gente hurgando en la basura, lamiendo alguna sobra, me da mucho dolor», añadió esta anciana de 83 años.

Con el mazo dando

Cadavid llegó a Venezuela en 1978 de Santander, Colombia, con su congregación de las Hermanas Dominicas. A pesar de sus casi 40 años en el país, su acento al hablar aún delata su origen.

Las acompaña una veintena de personas, también con banderas, silbatos y pancartas, sentados en el paso peatonal de una importante avenida del este de Caracas.

No bloquean todo el paso, y los carros que pasan tocan la bocina en solidaridad.

Pérez llegó hace 60 años, también de Colombia, «jamás» -dice- pensó que estaría protestando a sus 79 años.

«Nunca vi algo así y mire que llegué en la época de Pérez Jiménez, que fueron años muy oscuros pero usted conseguía comida y trabajo», indicó Pérez en referencia a la última dictadura venezolana de la década de 1950.

No es la primera vez que responden al llamado a protesta de la oposición. El sábado, en una marcha hacia la Conferencia Episcopal, se vio a sacerdotes y religiosas marchando, justo cuando el gobierno de Maduro acusa a la Iglesia Católica venezolana de ser un «acto político» opositor.

«Somos religiosas, pero antes ciudadanos con derecho a la libertad de expresión», respondió Pérez, que como Cadavid, están nacionalizada desde «hace años».

Y no pretenden parar de protestar, siempre con el rosario en la mano.

«Esto no se puede sacar solo con movimiento así, también con oración. Es una combinación de ambos porque como dice el dicho: ‘con Dios orando y con el mazo dando'», lanzó Cadavid con una carcajada pícara.

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