De las cuatro cavas para conservación de cadáveres de la morgue del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp) actualmente solo funcionan dos y no lo hacen con la máxima capacidad, pues no enfrían a menos cinco grados como deberían, pese a que recientemente fueron reparadas. Esa es una de las múltiples fallas del funcionamiento de la sala de anatomía patológica del principal centro asistencial de la ciudad, denunció parte del personal que allí labora.
En total las cavas tienen capacidad para 12 cuerpos, pero al no estar todas operativas hay ocasiones cuando el espacio se satura, los cadáveres los dejan afuera mientras los retiran los familiares. Esto hace que abunden las moscas y el área se contamine, de modo que quienes allí trabajan lo hacen exponiéndose a enfermedades.
Por la poca frecuencia de mantenimiento de los aires acondicionados, estos equipos tampoco funcionan de manera óptima, evaluaron los declarantes. Las mesas para las autopsias no son ergonómicas porque la altura es inadaptable para comodidad de los forenses cuando examinan los cadáveres.
Las tuberías de aguas negras temen que se conviertan pronto en un problema grave porque el año pasado las sustituyeron por tubos PVC de material inadecuado para el tipo de infraestructura de la morgue y otras salas conectadas por las mismas cañerías, como el departamento de histopatología.
Por estos tubos fluye desde tierra hasta sustancias corrosivas como el xilol y restos minúsculos de órganos. Si llegaran a obstruirse, se requeriría el uso de una guaya industrial para destaparlos y por la fragilidad del material puede romperse y hacer colapsar el recinto.