Un sismo de magnitud 7,1 —según reportó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés)— disparó alarmas preventivas de tsunami en el puerto de Valparaíso y remeció los edificios en Santiago y sus alrededores, donde viven siete de los 17 millones de chilenos.
El epicentro se situó en el mar, a 38 kilómetros al oeste de Valparaíso, a 10 kilómetros de profundidad. Se registró a las 18.40 horas (21.40 GMT) y fue seguido de múltiples réplicas menores.
«Al momento no se reportan daños a personas, alteraciones a servicios básicos o a infraestructura», dijo Ricardo Toro, director de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (ONEMI).
Aún así, imágenes de televisión mostraban algunas piscinas cuyas aguas se habían rebalsado a causa del movimiento telúrico y algunas mercancías que caían en un supermercado. Asimismo, se informó que algunas comunas de la V Región, cercanas a Valparaíso, quedaron sin energía eléctrica.
En Valparaíso y sus alrededores se sintieron temblores desde el sábado al atardecer, con magnitudes cercanas a 6,0, provocando inquietud.
La ONEMI canceló la alerta de tsunami 12 minutos después de haberla emitido, lo que no evitó que centenares de personas alcanzaran a trasladarse a zonas altas.
El movimiento se sintió fuerte en el centro del país, en cinco de las 15 regiones chilenas.
No se ha informado de heridos ni daños de momento.
Chile es un país acostumbrado a los temblores y terremotos. El último fuerte se registró en febrero de 2010 con una magnitud de 8,8, seguido por un enorme tsunami que en conjunto mató a 526 personas. Entre 2014 y 2016 se han sucedido tres terremotos consecutivos con magnitudes cercanas a 8,0 y con unos 15 muertos.
Chile se ubica al borde de la placa geológica sudamericana y el terremoto se produce cuando la placa de Nazca penetra bajo ésta, en ocasiones varios metros.